Grethel Quesada Quesada grethelquesadaq@hotmail.com

La bondad como cualidad, describe lo que es agradable, bueno y útil. Una persona bondadosa tiene una inclinación natural por hacer el bien, ayudar a otros, ser compasiva, empática y altruista. Quien practica la bondad suele ser juzgado y llamado “tonto”; sin embargo esto está totalmente lejos de la realidad. La gente bondadosa es emocionalmente más inteligente, estable, fuerte y sabia que quienes se niegan a practicar esta maravillosa virtud. Como todo súper héroe tiene por lo menos un villano, debemos deducir que lo contrario de la bondad es la maldad (obvio); ella está muy bien representada por el egoísmo, los celos, las envidias, la avaricia, los rencores, la insensibilidad, el odio y la desconfianza entre otros de sus secuaces.

No está de más decir que todos éstos juntos son portadores de cadenas de esclavitud con las que atan a la humanidad a cárceles de tristeza, enojo, frustración, amargura, desdicha, insatisfacción y profundo dolor. Ser bondadoso no viene en un gen; no es simplemente un sentimiento aislado; en parte puede ser una conducta aprendida pero no en todos los casos. Cada persona en el mundo puede decidir ser partidario de la bondad y adherir esta cualidad a su carácter, es cuestión de querer para poder.

La biblia dice: “Y como queréis que hagan los hombres con vosotros, así haced vosotros con ellos” Lucas 6:31. La bondad es un valor maravilloso que debemos asimilar, practicar e inculcar. Ser bondadoso elimina toda posibilidad de querer hacer el mal a propósito; es negarse a lastimar a su prójimo por el simple hecho de que “eso es lo correcto”, se hace sin esperar beneficios, reconocimiento, fama o alabanza a cambio; incluso se hace sin tomar en cuenta el trato que se reciba de los demás. La persona bondadosa refleja una inigualable grandeza interior, no espera retribución por lo que hace pues no es eso lo que le motiva.

El bondadoso no será superado jamás por aquellos que se destacan por tan solo hacer lo necesario o peor aún, por quienes esperan la oportunidad de hacer daño adrede. No hay mejor edificador de almas que las palabras bondadosas dichas a los corazones devastados y en ruinas.

El bondadoso tiende a tomar la iniciativa para hacer el bien con un solo objetivo en la mira: que los demás estén cada día mejor. La bondad es una decisión trascendental porque hace grande al que la practica y deja huella profunda en quienes son beneficiados por ella. La bondad te marca el camino hacia tu propósito en la vida ya que al procurar el bien para un gremio o fin en particular, te llenas de una pasión tan arrolladora que te convierte en el defensor por excelencia de dicha causa. La bondad es sólo para los grandes; decide desde hoy ser grande practicándola.

Bondad: Sello de grandeza

4 julio, 2020 11:51 am

 

Grethel Quesada Quesada grethelquesadaq@hotmail.com

La bondad como cualidad, describe lo que es agradable, bueno y útil. Una persona bondadosa tiene una inclinación natural por hacer el bien, ayudar a otros, ser compasiva, empática y altruista. Quien practica la bondad suele ser juzgado y llamado “tonto”; sin embargo esto está totalmente lejos de la realidad. La gente bondadosa es emocionalmente más inteligente, estable, fuerte y sabia que quienes se niegan a practicar esta maravillosa virtud. Como todo súper héroe tiene por lo menos un villano, debemos deducir que lo contrario de la bondad es la maldad (obvio); ella está muy bien representada por el egoísmo, los celos, las envidias, la avaricia, los rencores, la insensibilidad, el odio y la desconfianza entre otros de sus secuaces.

No está de más decir que todos éstos juntos son portadores de cadenas de esclavitud con las que atan a la humanidad a cárceles de tristeza, enojo, frustración, amargura, desdicha, insatisfacción y profundo dolor. Ser bondadoso no viene en un gen; no es simplemente un sentimiento aislado; en parte puede ser una conducta aprendida pero no en todos los casos. Cada persona en el mundo puede decidir ser partidario de la bondad y adherir esta cualidad a su carácter, es cuestión de querer para poder.

La biblia dice: “Y como queréis que hagan los hombres con vosotros, así haced vosotros con ellos” Lucas 6:31. La bondad es un valor maravilloso que debemos asimilar, practicar e inculcar. Ser bondadoso elimina toda posibilidad de querer hacer el mal a propósito; es negarse a lastimar a su prójimo por el simple hecho de que “eso es lo correcto”, se hace sin esperar beneficios, reconocimiento, fama o alabanza a cambio; incluso se hace sin tomar en cuenta el trato que se reciba de los demás. La persona bondadosa refleja una inigualable grandeza interior, no espera retribución por lo que hace pues no es eso lo que le motiva.

El bondadoso no será superado jamás por aquellos que se destacan por tan solo hacer lo necesario o peor aún, por quienes esperan la oportunidad de hacer daño adrede. No hay mejor edificador de almas que las palabras bondadosas dichas a los corazones devastados y en ruinas.

El bondadoso tiende a tomar la iniciativa para hacer el bien con un solo objetivo en la mira: que los demás estén cada día mejor. La bondad es una decisión trascendental porque hace grande al que la practica y deja huella profunda en quienes son beneficiados por ella. La bondad te marca el camino hacia tu propósito en la vida ya que al procurar el bien para un gremio o fin en particular, te llenas de una pasión tan arrolladora que te convierte en el defensor por excelencia de dicha causa. La bondad es sólo para los grandes; decide desde hoy ser grande practicándola.