LA MUJER QUE LO PODÍA TODO


Grethel Quesada Quesada grethelquesadaq@gmail.co
¿Has escuchado sobre las amazonas? Según las leyendas que han circulado por años, eran mujeres guerreras, diestras en el uso del arco y la flecha, eran féminas que luchaban con bravura para sustentar y mantener protegida su tribu. Aunque hay muchas versiones sobre ellas (algunas menos favorecedoras que otras), el punto es que, sea cual sea la circunstancia, toda mujer puede ser una emprendedora tenaz y exitosa si cree en sí misma.
Podemos ver un claro ejemplo de valentía y tenacidad femenina en la Biblia, ella se llamaba Lidia.
Lidia provenía de la ciudad de Tiatira, pero residía en Filipos, pues ahí tenía una tienda de ropa muy fina donde vendía trajes púrpura y carmesí. Estos trajes eran sumamente finos y costosos, los usaba única y exclusivamente la realeza y gente muy importante (Lucas 16:19), así que era muy probable que Lidia fuera una persona económicamente acomodada. No se menciona que Lidia tuviera esposo y se cree que la condición civil de ella era viuda o una posible esclava liberta que salió adelante y prosperó grandemente poniendo en práctica el oficio que seguramente su padre le enseñó cuando vivía en Tiatira ya que este lugar era famoso por la industria de tinción de púrpura.
Había muchas maneras de trabajar la tintorería pero las prendas teñidas en púrpura y carmesí llevaba un proceso difícil y muy especial; se industrializaba en la zona de Tiatira, lugar donde se dice que había un gran gremio de tintoreros.
Veamos cómo se hacía el púrpura y carmesí según nos enseña el libro “Oficios y Profesiones” de Fred Wight:
- Se tomaban de los ríos de Tiatira unos moluscos llamados Murex o Murice.
- Cuidadosamente se le exprimía una glándula al murex y salía de él un líquido lechoso que al entrar en contacto con el aire se volvía de color morado.
- Este líquido se preparaba a través de un proceso de fermentación para perfeccionar el color.
- Al lograr el tono adecuado, se teñían las finas telas de lino que se vendían en altos precios.
Era un hecho que realizar este delicado trabajo era muy difícil, pero Lidia lo hacía con excelencia ya que su clientela la buscaba una y otra vez por su producto y esto era extraño en esa época ya que por lo general, el trabajo de curtidor lo hacían hombres, no mujeres y es muy posible que Lidia experimentara una fuerte discriminación por este aspecto en particular; definitivamente ella debió confiar mucho en sí misma, ser muy valiente, esforzada y hacer un trabajo excepcional para ganarse la aprobación de los clientes provenientes de la más alta sociedad en Filipos, en una zona de alta comercialidad.
La podríamos llamar a Lidia la “Mujer virtuosa” de la que nos habla la Biblia en Proverbios 31:10-31. Lidia logró cosas impensables para una mujer que vivió en ese período sociocultural; su determinación, constancia, trabajo duro y su capacidad para vencer el temor y no dejarse apabullar por los prejuicios la llevaron a ser un icono femenino a través de la historia.
No cabe duda alguna de que cada una de nosotras tiene grandes talentos al igual que Lidia e incluso posibilidades para emprender, mayores que en la antigüedad.
Hoy en día tenemos apoyos a nivel social y económico que en el tiempo de Lidia no existían, ni siquiera se soñaban.
Es importante que veamos en nosotros ese cúmulo de capacidades y las saquemos a flote sin temor, confiando en que podremos salir adelante. Si trabajas con empeño a paso firme pronto se escuchará gente a tu alrededor diciendo de ti: “Muchas mujeres han realizado proezas, pero tú las superas a todas. Sean conocidos sus logros, y públicamente alabadas sus obras.” Proverbios 31:29,31.
(Datos históricos tomados del Diccionario Bíblico Ilustrado y el “Comentario del Contexto Cultural de la Biblia (NT) y de la página web www.adorador.com/mujeresdelabiblia)