EL PODER DE SER AGRADECIDO


Grethel Quesada Quesada grethelquesadaq@hotmail.com
¿Han puesto frente a ti un vaso con algún líquido y te han hecho esta pregunta: ¿Cómo consideras que está este vaso; medio lleno o medio vacío?
En realidad la respuesta parece muy sencilla, depende del punto de vista de cada quien; lo que sí es seguro es que las éstas pueden reflejar el grado de gratitud de una persona; quien ve el vaso medio lleno se enfoca en lo que tiene pero el que lo ve medio vacío suele poner su atención en lo que no posee; y es que las personas agradecidas suelen disfrutar tanto de lo que ostentan que lo que les falta no les roba la paz. Ser agradecidos con lo que somos y tenemos nos da una sana sensación de plenitud.
El agradecido disfruta más de la vida pues es observador, nota hasta los más mínimos detalles y los ve como poderosas bendiciones; no hay aspecto de la vida que no agradezca, pues hasta lo malo alguna enseñanza buena le deja.
El agradecido se distingue por su forma de hablar optimista y motivador; no suele ser caótico, de los que critica todo constantemente, que murmura y codicia los que otros tienen pues sabe darle el valor correcto a las personas y a las cosas; no mide su felicidad en función de lo que tiene materialmente sino que se basa en su esencia misma como ser humano.
El agradecido rescata lo bueno aún en medio de las tribulaciones más crudas. Ser agradecido refleja un espíritu de superación constante, es alguien que no solamente es capaz de alcanzar su más grande sueño sino que también disfruta el camino y el esfuerzo que lo lleva al éxito.
Una persona llena de gratitud llegará lejos, más que aquel que se amarga el camino anhelando lo que no tiene e ignorando lo que ya consiguió pues se vuelve insaciable, nada le satisfará; en cambio, el agradecido celebra cada pequeña victoria como si fuera su meta final.
Ser agradecido tiene el poder de hacerte más feliz, bondadoso, tolerante, generoso, amistoso, sabio; de mejorar nuestra ética, nuestras relaciones, nos ayuda a superar el estrés, traumas y problemas, evita las dañinas comparaciones con los demás, nos ayuda a adaptarnos mejor al entorno y a tener menos emociones negativas. Por el contrario, el ingrato sucumbe en amargura de alma, inquietud, ansiedad, insatisfacción, desdicha, intolerancia, egoísmo, avaricia e insensatez. Practicar la gratitud no es solo decir “gracias” como acto de cortesía, es decidir sentirla con sinceridad cada vez que lo expresamos. Nunca demos por sentado lo bueno que tenemos. Es correcto no solo agradecer por lo que hacen bueno por nosotros sino también por lo malo que no nos hacen. Pero ¿Cómo aumento la gratitud en mí? Primero presta más atención a tu alrededor, luego expresa con palabras, gestos o regalos tus sentimientos de agradecimiento, también piensa constantemente en las cosas por las que estás agradecido, éstos recuerdos vale la pena traerlos a memoria regularmente. Ser agradecido no es una condición pasajera o que se saca del
bolsillo en eventos específicos, ser agradecido es algo que debe durar para siempre. “…Y sean siempre agradecidos” Colosenses 3:15b Biblia Versión Reina Valera.