Se una persona impresionante


Grethel Quesada Quesada grethelquesadaq@hotmail.com
Hay muchas formas con las cuales las personas tratan de impresionar a otros: intrépidas maneras de conducir, argumentos elocuentes y bien presentados, discursos exquisitamente preparados, apariencia impecable, reconocimientos meritorios, vastos conocimientos sobre algún tema en particular, narraciones extensas y detalladas sobre viajes realizados, enumeraciones presuntuosas de títulos adquiridos o proyectos dirigidos y una gran cantidad de cosas más.
Sin afán de restarle importancia a lo anterior (que de hecho es muy relevante) pero con el deseo de definir lo que realmente impresiona; puedo asegurar que todo lo anterior, usado con la única motivación de impresionar a otros, es una clara evidencia de que se posee un tremendo problema de inseguridad, madurez y carácter. Alguien que vive pendiente de impresionar a los demás, no se conoce a sí mismo; no entiende con certeza de dónde viene ni hacia dónde va. Un individuo con estas conductas, expone abiertamente su serio problema de identidad y autoestima; y suelen ser sumamente vulnerables a su contexto, pues dependen emocionalmente en gran manera de él.
Por lo general, quién es realmente impresionante, vive en el anonimato o hace grandiosas cosas donde nadie le ve. Hay mucha gente impresionante, por ejemplo: El joven que decide apartarse de las malas amistades; la jovencita que toma la decisión de no ser promiscua; el niño o niña con problemas de aprendizaje que estudia arduamente y alcanza calificaciones sobresalientes; la madre sola que cría con amor y dedicación a sus hijos; el padre que cumple con su función paternal a cabalidad siendo parte activa en la vida de sus hijos; el policía, bombero, paramédico o civil que arriesga su vida para salvar a los demás; el muchacho que se enfoca en sus estudios y metas aun teniendo muchos recursos limitados; el empleado público o privado que no cede al cohecho; el doctor que trabaja por vocación antes que por dinero; el amigo que sabe escuchar con paciencia y aconseja; los matrimonios que son fieles el uno al otro durante toda la vida; la docente que se esfuerza al máximo para que sus alumnos aprendan tanto el conocimiento como la sabiduría; el adolescente que no cede a la presión y se niega a consumir drogas; la persona adicta que reconoce que no puede salir sola del problema y busca ayuda para ser rehabilitada; la mujer o el hombre que después de salir de prisión, se esfuerza al máximo para integrarse a la sociedad sana y honestamente; los hijos que con amor y paciencia cuidan a sus padres ancianos; aquellos que dan y olvidan lo que dieron y a quién lo dieron, la buena gente que decide regir su vida por principios y valores antes que por modas pasajeras y vacías… ¡En fin, son tantas las maneras de lograr ser impresionante!
Impresionar no es sinónimo de proezas heroicas; impresionar es el resultado de la grandeza interior del ser humano; es el alcance de la sabiduría que éste ostenta. Esto va más allá de un simple conocimiento teórico de la vida; es el producto del entendimiento más profundo sobre lo que es realmente importante y valioso.
La Biblia dice en Proverbios 4:7-8 NTV: “Sabiduría ante todo; adquiere sabiduría; y sobre todas tus posesiones adquiere inteligencia. Engrandécela, y ella te engrandecerá; ella te honrará, cuando tú la hayas abrazado.”
Es muy diferente ser una persona impresionante a ser una persona “pura impresión”.
Valoremos nuestras actitudes con sabiduría y seamos verdaderamente impresionantes; demos ejemplo digno de cómo ser héroes sin capa pero con un corazón de oro.