LOS CAMINOS DE MI PATRIA.

Rafael Ángel Sibaja Chavarría
El trabajo y la honradez son la herramienta para éxito y la felicidad. Rasich.
Me regalaste el regazo de la montaña para nacer, el agua del río para que mi madre me bañara por primer vez, la tierra para que mi padre cultivara los alimentos y así caminé tus veredas con mis pies descalzos y hasta la rodilla de barro. Me curé con gavilana, yerbabuena y hombre grande, a los siete años me abriste las puertas de la escuela y fui orgulloso con pantalones y camisa de manta que mi madre, me hacía. Obtuve mi diploma y fui al campo a sembrar el maíz y comer las tortillas, a ser buen peón agrícola, enyugar los bueyes, colocar la carga en el lomo de caballo, desgranar la bandola rojo del café, mientras la lluvia bañaba mi cuerpo que titiritaba de frío.
A los dieciocho años, me abriste las puertas del colegio nocturno, en donde, luego del trabajo de doce horas diarias, llegaba para encontrar el conocimiento. Luego las puertas de la Escuela Normal, las universidades y los puestos de trabajo. Me diste las oportunidades y yo me esforcé para aprovecharlas. A Dios le doy las gracias, por permitirme vivir en una época en donde muchos niños morían, por las lombrices, el sarampión, la desnutrición, las enfermedades estomacales y hasta por abandono, porque no existía la oportunidad de un sistema de salud para quienes vivíamos alejados de las ciudades.
Hoy solamente me queda que admirar todo lo que se ha construido con el esfuerzo de tu pueblo y la orientación de los gobiernos. Carreteras asfaltadas, escuelas, colegios, universidades, centros de salud, centros maternos , comedores escolares, becas para estudiantes, pensiones para los ancianos, ayudas a los más desposeídos , internet en las escuelas, el respeto a los derechos de la niñez, el reconocimiento a la inclusión de las mujeres en el trabajo, la empresa y la política, a la administración pública, la atención a las personas con capacidades especiales, la aceptación de la diversidad, los esfuerzos por desarrollar una sociedad inclusiva. En realidad, son innumerable sus avances y no puedo visualizarlos todos y mucho menos plasmarlos en este comentario. Quizá, se hayan cometidos errores en los gobiernos, pero debemos reconocer que son seres humanos, que nos han dado lo mejor para nuestra Patria.
Hoy, con mi cabellera blanca, sentado aquí, en este puente que une el pasado con el futuro, mirando los caminos por recorrer, en donde se observa la corrupción un mal que carcome la sociedad y tal como lo he afirmado, una y otra vez, que para que exista corrupción tiene que existir dos elementos fundamentales, un corrupto y un corruptor. El uno que ofrece y el otro que acepta.
Ahora bien, debemos definir los niveles de corrupción. A mi me parece que es corrupto el estudiante que copia en un examen, el conductor que ofrece un negocio al policía de tránsito para que no le realice la boleta del parte, el que ofrece una comisión para lograr en forma ilegal un trámite, el que se adelanta en las filas, el que engaña a otros utilizando sistemas superfluos, el que se cubre el rostro con un sombrero, para simular ser no vidente e ingresar a una reunión en donde nos es invitado, el que recibe un salario sin haber trabajado. Es decir que nuestra sociedad necesita una revisión total de la corrupción para corregirla desde la misma familia, que es el pilar, en la formación de los individuos.
El empleo, un asunto que desde hace muchos gobiernos se viene tratando de atender y resolver. Pero cada día se agudiza más. Y es sencillo, en el campo de la construcción una máquina desplaza muchos hombres, las alarmas y las cámaras, los cajeros automáticos, las computadoras, las transacciones en línea, los robot, para citar lo más simple, que causa desempleo. Entonces me angustia el hecho de que se ofrece resolver el problema creando empleo, microempresas, cosa que no es fácil, porque la maraña de trámites y requerimientos, quizá necesarios para mantener la burocracia, los hace casi imposible, que los emprendedores inicien.
La pobreza, si bien es cierto que la pobreza es la enfermedad más fuerte que afecta a muchas sociedades en esta tierra, debe revisarse si el Estado paternalista, es la mejor opción, para atacar este problema o si tenemos que cambiar a un modelo de enseñar a las personas el sacrificio de usar la caña para pescar.
La infraestructura, queremos tener carreteras, muelles, edificios, trenes, todo del primer mundo, pero pagar lo menos que podamos, con el falso argumento de que para qué pagar impuestos, si todo se lo roban. No pagar los impuestos también es una forma de robar.
La seguridad es quizá el asunto más preocupante, pues este aleja la inversión, se necesitan recursos para hacer gran inversión de prevención.
El difícil fiscal, muchos años tratando de resolver el tema sin salida, primero porque cada partido político lo tiene como un tema para atraer votos, y por otro lado los sindicatos quieren que los trabajadores ganen muy bien, pero sin ningún sacrificio, los empresarios no quieren ver afectadas sus ganancias. Los magistrados seguir disfrutando de altos salarios, los convenciones colectivas desangrando el pueblo, Las altas pensiones intocables y otros males más que nos afectan día a día.
Estos son los Caminos de Mi Patria, por donde debemos recorrer con gran sabiduría y caminando siempre hacia adelante. Porque el cambio es lo único constante que tenemos y creer que podemos anclar nuestras raíces al pasado, mientras todo evoluciona, es como conducir un bus lleno de pasajeros por las calles del abismo social, económico y político.
En este Camino de mi Patria, tengo muy claro que no es posible mezclar la religión y la política, para gobernar un Estado. Mientras los grupos religiosos en su mayoría responden a la cultura del pasado, el Estado tiene que enfrentarse a la cultura del momento y futura en un mundo globalizado y de permanente comunicación. Además, tengo totalmente claro, que todos los seres humanos no se pueden considerar como iguales en sus cualidades físicas, intelectuales y morales, por eso creo cualquier forma de discriminación social o cultural, por razón de sexo, raza, color, condición social, lengua o religión, es sin duda alguna una negación de los Derechos Humanos, que tanto han costado a la humanidad conquistarlos y seguir fortaleciendo.
Creo que la sociedad costarricense ha cometido un error al permitir que grupos religiosos ingresen con su representación a los poderes del Estado, pues con toda razón ellos, se amarraran a sus creencias y frenan el verdadero desarrollo de Mi Patria.
Los Caminos de Mi Patria, deben seguir siendo recorridos con toda libertad, con todo el fortalecimiento de los Derechos Humanos, sin ataduras a creencias, que podrían dividir profundamente nuestro pueblo y enfrentar a la sociedad en un conflicto que conduce al deterioro de los seres humanos.
A los habitantes de Mi Patria le digo: El trabajo y la honradez son la herramienta para éxito y la felicidad. Rasich.