Por Jack Ewing

Don Hipólito Villegas nació en Uvita en un rancho ubicado cerca de la cola de ballena en el año 1910. No había vecinos. La única persona que llegaba al rancho para visitarlos era un Indio de Boruca, y él venía escasamente un par de veces al año. Los Villegas practicaban la agricultura de tala y quema. Chapeaban una parcela de bosque con machete, cortando toda la vegetación baja y arbolitos delgados, talaban los árboles grandes con hacha, y luego prendían  fuego a todo. Sembraban maíz, bananos, yuca, frijoles y otros cultivos. La parcela recién deforestada era muy productiva, pero cada año perdía fertilidad y el rendimiento de  las siembras disminuyó.

Después de tres a cinco años era necesario abandonar la parcela vieja, talar y quemar otro parche de bosque. Aparte de la agricultura también cazaban para suplementar la dieta. Lo que más mataban eran tepezcuintes, chanchos de monte, pavones y monos colorados.  La vida silvestre era tan abundante que a veces causaba problemas para los Villegas. Las dantas, chanchos de monte, cabros de monte y hasta los monos comían y destruían  los cultivos, los tigres y manigordos mataban los cerdos y las gallinas de la familia. En el transcurso de su vida Don Hipólito mató tres jaguares y varias dantas entre otros animales. Sin embargo, con una sola familia el impacto al medio ambiente de dicha tala y cacería era insignificante.

Don Hipólito tenía alrededor de ocho años cuando empezaron a llegar más familias a vivir a Uvita a trabajar la tierra. Estas personas deforestaron más bosque y cazaron más animales silvestres. Poco a poco la población creció y a la vez se aumentó el impacto al medio ambiente. El negocio del ganado de carne era muy lucrativo y la abundancia de tierra atrajo más y más personas. Estos talaron bosque para sembrar pastizales.

A medio siglo la cobertura boscosa había disminuido significativamente. Los jaguares y dantas desaparecieron en los años 50, y los chanchos cariblancos, cabros de monte, y lapas rojas en los 60. Pero la deforestación y siembra de pasto para ganado continuaba hasta mediados de los 80. Quedaba menos de la cuarta parte de la selva original y la mayor parte de este restante se encontraba en las partes más quebradas. Una combinación de la perdida de hábitat natural y una exageración de cacería precipitó la caídade las poblaciones de los animales silvestres.

El año 1985, fue el primer año que mostraba unadisminución de la destrucción y un aumento en la restauración del hábitat natural. Es decir que fue el momento en que el medio ambiente empezó a recuperarse.  Una combinación de factores impulsó la restauración de la cobertura boscosa y las poblaciones de animales silvestres.

  • Muchas voces de alarma sobre el lamentable estado de los bosques naturales del país incentivaron al gobierno nacional a aplicar con más vigor las leyes de protección del ambiente.
  • Unos pocos turistas empezaron a visitar la Costa Ballena. A los turistas les gustaba ver animales y aves y conocer la riqueza natural. Esta demanda estimuló el desarrollo de actividades ecológicas para los visitantes.
  • Empezaron a llegar extranjeros con interés en comprar fincas y lotes y estos no tenían interés en la agricultura y ganadería, sino querían vivir cerca del bosque natural para observar aves y animales. Abandonaron los repastos y la Madre Naturaleza los reemplazó con bosque segundario.
  • Nació el movimiento ambientalista en la zona.

En el año 1987, unos cuantos vecinos de Dominical constituyeron el grupo conocido como Amigos de la Naturaleza de Dominical (ANADO). Tres años después, a petición de vecinos de Uvita y Matapalo, la organización amplió su territorio a incluir los distritos de Savegre, Barú, y Bahía Ballena y se cambió el nombre a ASANA. En 1990, miembros del grupo empezaron un programa de educación ambiental dando charlas sobre el medio ambiente en las escuelas locales. En el mismo año la junta directiva acordó impulsar la restauración de hábitat natural en la zona con la idea de crear conexiones naturales entre las reservas boscosas grandes. El proyecto se llamaba el Corredor Biológico Paso de la Danta y ha tenido mucho éxito. Hoy en día hay siete Refugios Nacionales de Vida Silvestre, un Parque Nacional, y por lo menos 30 reservas naturales privadas se encuentran dentro del área. La parte del corredor al norte del río Barú forma parte de la Reserva de la Biósfera Savegre reconocido por el UNESCO. Están regresando muchas especies de vida silvestre al corredor incluyendo monos araña, monos congos, monos ardilla, pumas, lapas rojas, y están empezando a llegar unas pocas dantas. Hoy en día más del 50% de la tierra se encuentra cubierta con bosque natural.

La fuente de empleo más grande en la zona es el turismo, y la mayoría de los turistas nos visitan para disfrutar de la naturaleza y la vida silvestre. Todos los que trabajamos en turismo sabemos que nuestro trabajo y la prosperidad de la Costa Ballena depende de los tesoros naturales de la zona, tanto los marinos como los terrestres.

La Costa Ballena y el Corredor Biológico Paso de la Danta es uno de los pocos lugares en el mundo donde la biodiversidad está aumentando. Debemos luchar para mantener y continuar con esta constante mejoría en la salud biológica del área.

Costa Ballena y el Corredor Biológico Paso de La Danta, un Lugar donde la biodiversidad se ha aumentado

25 julio, 2019 9:43 pm

Por Jack Ewing

Don Hipólito Villegas nació en Uvita en un rancho ubicado cerca de la cola de ballena en el año 1910. No había vecinos. La única persona que llegaba al rancho para visitarlos era un Indio de Boruca, y él venía escasamente un par de veces al año. Los Villegas practicaban la agricultura de tala y quema. Chapeaban una parcela de bosque con machete, cortando toda la vegetación baja y arbolitos delgados, talaban los árboles grandes con hacha, y luego prendían  fuego a todo. Sembraban maíz, bananos, yuca, frijoles y otros cultivos. La parcela recién deforestada era muy productiva, pero cada año perdía fertilidad y el rendimiento de  las siembras disminuyó.

Después de tres a cinco años era necesario abandonar la parcela vieja, talar y quemar otro parche de bosque. Aparte de la agricultura también cazaban para suplementar la dieta. Lo que más mataban eran tepezcuintes, chanchos de monte, pavones y monos colorados.  La vida silvestre era tan abundante que a veces causaba problemas para los Villegas. Las dantas, chanchos de monte, cabros de monte y hasta los monos comían y destruían  los cultivos, los tigres y manigordos mataban los cerdos y las gallinas de la familia. En el transcurso de su vida Don Hipólito mató tres jaguares y varias dantas entre otros animales. Sin embargo, con una sola familia el impacto al medio ambiente de dicha tala y cacería era insignificante.

Don Hipólito tenía alrededor de ocho años cuando empezaron a llegar más familias a vivir a Uvita a trabajar la tierra. Estas personas deforestaron más bosque y cazaron más animales silvestres. Poco a poco la población creció y a la vez se aumentó el impacto al medio ambiente. El negocio del ganado de carne era muy lucrativo y la abundancia de tierra atrajo más y más personas. Estos talaron bosque para sembrar pastizales.

A medio siglo la cobertura boscosa había disminuido significativamente. Los jaguares y dantas desaparecieron en los años 50, y los chanchos cariblancos, cabros de monte, y lapas rojas en los 60. Pero la deforestación y siembra de pasto para ganado continuaba hasta mediados de los 80. Quedaba menos de la cuarta parte de la selva original y la mayor parte de este restante se encontraba en las partes más quebradas. Una combinación de la perdida de hábitat natural y una exageración de cacería precipitó la caídade las poblaciones de los animales silvestres.

El año 1985, fue el primer año que mostraba unadisminución de la destrucción y un aumento en la restauración del hábitat natural. Es decir que fue el momento en que el medio ambiente empezó a recuperarse.  Una combinación de factores impulsó la restauración de la cobertura boscosa y las poblaciones de animales silvestres.

  • Muchas voces de alarma sobre el lamentable estado de los bosques naturales del país incentivaron al gobierno nacional a aplicar con más vigor las leyes de protección del ambiente.
  • Unos pocos turistas empezaron a visitar la Costa Ballena. A los turistas les gustaba ver animales y aves y conocer la riqueza natural. Esta demanda estimuló el desarrollo de actividades ecológicas para los visitantes.
  • Empezaron a llegar extranjeros con interés en comprar fincas y lotes y estos no tenían interés en la agricultura y ganadería, sino querían vivir cerca del bosque natural para observar aves y animales. Abandonaron los repastos y la Madre Naturaleza los reemplazó con bosque segundario.
  • Nació el movimiento ambientalista en la zona.

En el año 1987, unos cuantos vecinos de Dominical constituyeron el grupo conocido como Amigos de la Naturaleza de Dominical (ANADO). Tres años después, a petición de vecinos de Uvita y Matapalo, la organización amplió su territorio a incluir los distritos de Savegre, Barú, y Bahía Ballena y se cambió el nombre a ASANA. En 1990, miembros del grupo empezaron un programa de educación ambiental dando charlas sobre el medio ambiente en las escuelas locales. En el mismo año la junta directiva acordó impulsar la restauración de hábitat natural en la zona con la idea de crear conexiones naturales entre las reservas boscosas grandes. El proyecto se llamaba el Corredor Biológico Paso de la Danta y ha tenido mucho éxito. Hoy en día hay siete Refugios Nacionales de Vida Silvestre, un Parque Nacional, y por lo menos 30 reservas naturales privadas se encuentran dentro del área. La parte del corredor al norte del río Barú forma parte de la Reserva de la Biósfera Savegre reconocido por el UNESCO. Están regresando muchas especies de vida silvestre al corredor incluyendo monos araña, monos congos, monos ardilla, pumas, lapas rojas, y están empezando a llegar unas pocas dantas. Hoy en día más del 50% de la tierra se encuentra cubierta con bosque natural.

La fuente de empleo más grande en la zona es el turismo, y la mayoría de los turistas nos visitan para disfrutar de la naturaleza y la vida silvestre. Todos los que trabajamos en turismo sabemos que nuestro trabajo y la prosperidad de la Costa Ballena depende de los tesoros naturales de la zona, tanto los marinos como los terrestres.

La Costa Ballena y el Corredor Biológico Paso de la Danta es uno de los pocos lugares en el mundo donde la biodiversidad está aumentando. Debemos luchar para mantener y continuar con esta constante mejoría en la salud biológica del área.

Alina Cordero
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