Jack Ewing

Hace 60 años las Lapas Rojas, también llamadas “Guacamayos”, desaparecieron del pacifico Central y Sur con la excepción del Parque Nacional Carara y la Península de Osa. (En este escrito uso ambos nombres “lapas rojas” y “guacamayos” que refieren a la misma ave”.)

Cuando llegué a Hacienda Barú a principios de los años 1970 no habían guacamayos, pero los vecinos me contaban que antes volaban por todo lado en manadas grandes y pequeñas, también me contaban que el fin de esas aves tan hermosas fue culpa de la cacería descontrolada.

Un amigo me contó que un día, en la pura tarde, él observó a un hombre matar seis guacamayos, todos sentados en el mismo árbol alistándose para dormir en una percha. “Lo hizo por puro gusto,” dijo mi amigo. “Y él no fue el único. Había muchos más que las mataban”. Son de los pájaros más lindos que hay en el país y para muchos fue una lástima observar la cruel matanza sin sentido.

Otro problema era la deforestación de la zona y la destrucción de Bosque Húmedo Tropical para convertir la tierra en agricultura y ganadería. La pérdida de bosque natural resultó en la pérdida de los árboles y otras plantas que producen las frutas y semillas que comen las lapas y los grandes árboles huecos que son necesarios como lugares de anidamiento.

Sin embargo, el pico de la deforestación fue hasta el año 1985, 20 años después del día cuando un cazador del pueblo costero mató la última lapa de la zona. Creo que el factor más importante fue definitivamente la cacería furtiva.

No obstante, la deforestación ha sido un obstáculo importante para el regreso de las lapas. No hay suficientes árboles grandes huecos donde pueden anidar. Estamos solucionando el faltante de lugares para anidar con la colocación de cajas de anidamiento.

A partir de enero de 2014, después de haber estado extintas localmente durante 50 años, algunas guacamayas comenzaron a visitar Hacienda Barú y los alrededores de forma

regular. El comportamiento de ellos sugirió que podrían estar en busca de sitios para anidar. Decidimos colocar cajas de anidamiento en cuatro árboles que frecuentaban los grandes pájaros rojos para ver si podíamos ayudarlos. Todas fueron montadas a unos 20 metros sobre el suelo.

Pareciera que los guacamayos no tenían interés en las cajas. Aproximadamente un año después, uno de los guías enfocó su telescopio en el orificio de la caja para ver si había algo adentro. La gran sorpresa era que la caja estaba llena de abejas.

No es de extrañar que los guacamayos no estuvieran interesados en anidar allí, e incluso dejaron de visitar los árboles con cajas. Una verificación rápida confirmó que las cuatro cajas contenían colmenas activas de abejas africanizadas. Tuvimos que eliminar las colmenas y quitar las cajas.

Con tantas colmenas en un área tan pequeña, todos estarían compitiendo por ubicaciones adecuadas para nuevas colmenas y se podría esperar que invadieran cualquier cavidad natural en los árboles. Aunque es necesario realizar más investigaciones antes de que podamos decir con certeza, parece que las abejas africanizadas están compitiendo con los guacamayos y otras especies de aves por los huecos donde pueden anidar.

También hay reportes que las abejas han atacado y matado polluelos de guacamayos. Parece que las abejas no invaden cajas hechas de fibra de vidrio y ahora todos estamos usando ese tipo de caja.

A mediados de los años 1980 decidimos sembrar árboles maderables en un lugar donde antes cultivábamos arroz. El departamento forestal recomendó la especie exótica la teca, originaria de Asia. Sembramos aproximadamente seis hectáreas.

Luego me di cuenta que hubiera sido mejor sembrar una variedad de especies nativas, pero la teca ya era grande. Para nosotros la gran sorpresa fue cuando empezaron a llegar las lapas rojas para comer la semilla tierna de teca. Cada año llegaron más y más, en agosto de 2021 vimos desde el patio de mi casa una manada que era tan grande que no era posible contarlas con exactitud.

Calculamos que había un mínimo de 30 guacamayos. También hemos observado loras, periquitos, y otras especies de aves comer las flores y semillas de teca.

A pesar de los muchos desafíos que enfrentan las lapas rojas soy optimista que vamos a tener el placer de verlas de ahora en adelante. Siempre hay cazadores que se animan matarlas, pero hay una gran diferencia entre hoy y hace 60 años cuando mataron la última lapa de ese entonces. Hoy en día el pueblo está mucho más concientizado y hay mucha gente dispuesta de denunciar a los cazadores. Además, las leyes son más estrictas y las multas mucho más fuertes.

También hay grupos ambientales y propietarios privados que han puesto y siguen poniendo cajas de anidamiento de fibra de vidrio, resistentes a las abejas africanizadas. Y últimamente siempre hay algo de teca para suplementar la multitud de alimentos naturales que hay en las áreas naturales de la zona.

EL REGRESO DE LAS LAPAS ROJAS

29 septiembre, 2021 11:58 am

 Jack Ewing

Hace 60 años las Lapas Rojas, también llamadas “Guacamayos”, desaparecieron del pacifico Central y Sur con la excepción del Parque Nacional Carara y la Península de Osa. (En este escrito uso ambos nombres “lapas rojas” y “guacamayos” que refieren a la misma ave”.)

Cuando llegué a Hacienda Barú a principios de los años 1970 no habían guacamayos, pero los vecinos me contaban que antes volaban por todo lado en manadas grandes y pequeñas, también me contaban que el fin de esas aves tan hermosas fue culpa de la cacería descontrolada.

Un amigo me contó que un día, en la pura tarde, él observó a un hombre matar seis guacamayos, todos sentados en el mismo árbol alistándose para dormir en una percha. “Lo hizo por puro gusto,” dijo mi amigo. “Y él no fue el único. Había muchos más que las mataban”. Son de los pájaros más lindos que hay en el país y para muchos fue una lástima observar la cruel matanza sin sentido.

Otro problema era la deforestación de la zona y la destrucción de Bosque Húmedo Tropical para convertir la tierra en agricultura y ganadería. La pérdida de bosque natural resultó en la pérdida de los árboles y otras plantas que producen las frutas y semillas que comen las lapas y los grandes árboles huecos que son necesarios como lugares de anidamiento.

Sin embargo, el pico de la deforestación fue hasta el año 1985, 20 años después del día cuando un cazador del pueblo costero mató la última lapa de la zona. Creo que el factor más importante fue definitivamente la cacería furtiva.

No obstante, la deforestación ha sido un obstáculo importante para el regreso de las lapas. No hay suficientes árboles grandes huecos donde pueden anidar. Estamos solucionando el faltante de lugares para anidar con la colocación de cajas de anidamiento.

A partir de enero de 2014, después de haber estado extintas localmente durante 50 años, algunas guacamayas comenzaron a visitar Hacienda Barú y los alrededores de forma

regular. El comportamiento de ellos sugirió que podrían estar en busca de sitios para anidar. Decidimos colocar cajas de anidamiento en cuatro árboles que frecuentaban los grandes pájaros rojos para ver si podíamos ayudarlos. Todas fueron montadas a unos 20 metros sobre el suelo.

Pareciera que los guacamayos no tenían interés en las cajas. Aproximadamente un año después, uno de los guías enfocó su telescopio en el orificio de la caja para ver si había algo adentro. La gran sorpresa era que la caja estaba llena de abejas.

No es de extrañar que los guacamayos no estuvieran interesados en anidar allí, e incluso dejaron de visitar los árboles con cajas. Una verificación rápida confirmó que las cuatro cajas contenían colmenas activas de abejas africanizadas. Tuvimos que eliminar las colmenas y quitar las cajas.

Con tantas colmenas en un área tan pequeña, todos estarían compitiendo por ubicaciones adecuadas para nuevas colmenas y se podría esperar que invadieran cualquier cavidad natural en los árboles. Aunque es necesario realizar más investigaciones antes de que podamos decir con certeza, parece que las abejas africanizadas están compitiendo con los guacamayos y otras especies de aves por los huecos donde pueden anidar.

También hay reportes que las abejas han atacado y matado polluelos de guacamayos. Parece que las abejas no invaden cajas hechas de fibra de vidrio y ahora todos estamos usando ese tipo de caja.

A mediados de los años 1980 decidimos sembrar árboles maderables en un lugar donde antes cultivábamos arroz. El departamento forestal recomendó la especie exótica la teca, originaria de Asia. Sembramos aproximadamente seis hectáreas.

Luego me di cuenta que hubiera sido mejor sembrar una variedad de especies nativas, pero la teca ya era grande. Para nosotros la gran sorpresa fue cuando empezaron a llegar las lapas rojas para comer la semilla tierna de teca. Cada año llegaron más y más, en agosto de 2021 vimos desde el patio de mi casa una manada que era tan grande que no era posible contarlas con exactitud.

Calculamos que había un mínimo de 30 guacamayos. También hemos observado loras, periquitos, y otras especies de aves comer las flores y semillas de teca.

A pesar de los muchos desafíos que enfrentan las lapas rojas soy optimista que vamos a tener el placer de verlas de ahora en adelante. Siempre hay cazadores que se animan matarlas, pero hay una gran diferencia entre hoy y hace 60 años cuando mataron la última lapa de ese entonces. Hoy en día el pueblo está mucho más concientizado y hay mucha gente dispuesta de denunciar a los cazadores. Además, las leyes son más estrictas y las multas mucho más fuertes.

También hay grupos ambientales y propietarios privados que han puesto y siguen poniendo cajas de anidamiento de fibra de vidrio, resistentes a las abejas africanizadas. Y últimamente siempre hay algo de teca para suplementar la multitud de alimentos naturales que hay en las áreas naturales de la zona.

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