Uriel Rojas Rojas

Para la mayoría de las culturas indígenas de América, el maíz es una semilla sagrada que contiene un enorme valor espiritual, pero entre los bribris y cabécares en nuestro país está asociada al origen de su cosmogénesis cultural, ya que según su tradición oral, Sibú los hizo de las semillas de maíz.

Es por eso que para los bribris y cabécares,  el maíz que se va a usar como semilla debe desgranarse a mano y no debe guardarse en un tarro de lata, sino en una batea de madera, saco o guacal.

El maíz que sobra no se le puede dar a las gallinas ni al chancho (cerdo), sino que se debe usar para hacer atol porque si se le da a las gallinas o cerdo se echa a perder toda la cosecha.

La semilla no se debe tirar, sino ponerla en el hoyo. Asimismo, hay un secreto para que el viento no bote el maíz cuando crece. Hay que poner a sembrar a la gente que no baila o que no anda mucho en bote, es decir que no se mueve mucho. Se siembra de espaldas al lugar de donde proviene el viento.

Una vez sembrado el maíz, los sembradores no deben tocar cuero de danta (Ña) Tapirus bairsii, ni cáscara de caraña (Dólijkwo) Bursera tormentosa, ya que puede secar el maíz. Así mismo, no se tira la semilla porque la semilla del maíz representa la propia personalidad del indígena y por lo tanto hay que tratarla con respeto. Cuando comienza crecer se quita las matas de banano silvestre platanillos, ñame, que estorben el maíz.

Cuando florece, se envuelve parte de esta inflorescencia con tierra en una hoja de platanillo y se pone en ciertos tallitos de maíz, con el fin de que la mazorca desarrolle rápido.

Se recoge primero el chilotillo para comer, cocinándolo en una olla con agua. No se ponen sobre las brasas para evitar que las plagas ataquen la milpa. El maíz que no se cosecha tierno, se procede a doblar la espiga y se deja  para recoger mazorcas de maíz seco.

Se deja por dos meses para que seque y luego se cosecha. El tallo del maíz se corta y se usa como alimento para ganado (si lo tienen) y equino. Se pelan las mazorcas más pequeñas.

La cultura bribri está representada en los sectores de Talamanca y en nuestra Zona Sur por los territorios de Cabagra y Salitre, ambos en el cantón de Buenos Aires.

EL VALOR ESPIRITUAL DEL MAÍZ EN LA CULTURA BRIBRI/CABÉCAR

23 julio, 2019 8:32 pm

Uriel Rojas Rojas

Para la mayoría de las culturas indígenas de América, el maíz es una semilla sagrada que contiene un enorme valor espiritual, pero entre los bribris y cabécares en nuestro país está asociada al origen de su cosmogénesis cultural, ya que según su tradición oral, Sibú los hizo de las semillas de maíz.

Es por eso que para los bribris y cabécares,  el maíz que se va a usar como semilla debe desgranarse a mano y no debe guardarse en un tarro de lata, sino en una batea de madera, saco o guacal.

El maíz que sobra no se le puede dar a las gallinas ni al chancho (cerdo), sino que se debe usar para hacer atol porque si se le da a las gallinas o cerdo se echa a perder toda la cosecha.

La semilla no se debe tirar, sino ponerla en el hoyo. Asimismo, hay un secreto para que el viento no bote el maíz cuando crece. Hay que poner a sembrar a la gente que no baila o que no anda mucho en bote, es decir que no se mueve mucho. Se siembra de espaldas al lugar de donde proviene el viento.

Una vez sembrado el maíz, los sembradores no deben tocar cuero de danta (Ña) Tapirus bairsii, ni cáscara de caraña (Dólijkwo) Bursera tormentosa, ya que puede secar el maíz. Así mismo, no se tira la semilla porque la semilla del maíz representa la propia personalidad del indígena y por lo tanto hay que tratarla con respeto. Cuando comienza crecer se quita las matas de banano silvestre platanillos, ñame, que estorben el maíz.

Cuando florece, se envuelve parte de esta inflorescencia con tierra en una hoja de platanillo y se pone en ciertos tallitos de maíz, con el fin de que la mazorca desarrolle rápido.

Se recoge primero el chilotillo para comer, cocinándolo en una olla con agua. No se ponen sobre las brasas para evitar que las plagas ataquen la milpa. El maíz que no se cosecha tierno, se procede a doblar la espiga y se deja  para recoger mazorcas de maíz seco.

Se deja por dos meses para que seque y luego se cosecha. El tallo del maíz se corta y se usa como alimento para ganado (si lo tienen) y equino. Se pelan las mazorcas más pequeñas.

La cultura bribri está representada en los sectores de Talamanca y en nuestra Zona Sur por los territorios de Cabagra y Salitre, ambos en el cantón de Buenos Aires.

Alina Cordero
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