La gran cantidad de estas esferas encontradas en el Diquís, el fino acabado de su superficie, la variedad de tamaños y simbolismo, hacen que sean consideradas piezas arqueológicas únicas.

Alina Cordero Quesada

comunicaciones@enlacecr.com

  • En el 2014, El Silencio, Batambal, Grijalba – 2 y Finca 6, con las esferas de piedra que allí se encuentran, fueron declarados Patrimonio Mundial de la Humanidad, por la UNESCO.
  • La esfera de piedra era una representación de prestigio y poder.

En el cantón de Osa, en la llanura aluvial entre los ríos Térraba y Sierpe, vivieron importantes civilizaciones precolombinas, por los años 300 y 1500 d.C. Estas civilizaciones, dejaron huellas en la riqueza arqueológica que hoy cautiva al mundo y cuentan su historia.

Uno de los legados más enigmáticos son las esferas de piedra, manifestaciones culturales que representaban prestigio y poder social y político de los dirigentes e importancia de los asentamientos. La elaboración de las esferas inició 300 años d.C., pero fueron fabricadas mayormente entre 800 – 1500 d.C. al alcanzar las sociedades cacicales su máximo desarrollo.

La mayoría de estas esferas han sido encontradas en las aldeas principales de la zona, en la entrada de las viviendas de personalidades de alto rango, plazas o montículos. También algunas de ellas se encuentran formando alineamientos rectos o triangulares, lo que se cree tenía significado astronómico, funcionaban como calendario de los ciclos agrícolas o naturales o para rituales.

Existen esferas de diferentes tamaños, se cree que entre más grandes eran, mayor poder tenía la persona que allí habitaba. Las esferas miden entre 7 centímetros y 2,66 metros de diámetro y llegan a pesar hasta 24 toneladas. Fueron hechas en piedras como granodiorita, gabros, arenisca y caliza.

Los materiales utilizados para su creación se encuentran en las faldas de la Cordillera Costeña, desde este lugar el material se trasladó hasta el sitio donde se ubica la esfera y allí se terminaba. Sin embargo, aún se desconoce cómo los indígenas lograron transportar las piedras, que implicó un gran esfuerzo organizacional.

Representantes de la comunidad indígena Boruca junto con los arqueólogos encargados del plan de conservación de las esferas, en el Sitio Arqueológico El Silencio.

Por esta razón, en el 2014, cuatro sitios arqueológicos: El Silencio, Batambal, Grijalba – 2 y Finca 6, junto con las esferas de piedra que allí se encuentran, fueron declarados Patrimonio Mundial de la Humanidad, por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), con el fin de garantizar la protección y conservación de estas muestras culturales únicas, que rescatan la vida de nuestros ancestros.

Junto con las esferas, en estos sitios se han encontrado esculturas de piedra que representan personas, o figuras híbridas (cuerpo humano y cabeza de animal), piezas de cerámica y oro.

Desde el año 2011, el departamento de Patrimonio Cultural del Museo Nacional de Costa Rica, con la colaboración de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía del Instituto Nacional de Antropología e Historia en México, han venido trabajando en la conformación de un plan de conservación para contener o minimizar las causas de deterioro que están atacando las esferas.

Isabel Medina, arqueóloga de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía de México, señala: “El principal objetivo de esta cooperación binacional es la conservación de los valores del sitio y la cooperación en temas de patrimonio mundial. En este lugar lo que yo he encontrado es una gran voluntad de cooperar, trabajar juntos, estoy agradecida por la oportunidad y muy feliz de que las generaciones más jóvenes tengan tantas ganas de involucrarse.

En la próxima temporada (próximo año) pretendemos intervenir la esfera de El Silencio, estabilizarla de manera que ya no sufra daños o se reduzcan en el tiempo y empezaríamos a hacer el diagnóstico de las otras esferas que hay en otros lugares y que están esperando, 4 esferas en Batambal, 1 en Grijalba-2. Hay ciertas huellas que tiene la esfera que son características del paso del tiempo, queremos recuperar algunos valores estéticos, sin alterar su antigüedad”. 

Las esferas de Finca 6 y El Silencio han sido analizadas y se ha hecho un diagnóstico de las alteraciones que presentan, con el fin de contener las causas de deterioro que las están afectando.

Las esferas de Finca 6 y El Silencio han sido analizadas y se ha hecho un diagnóstico de las alteraciones que presentan, entre ellas la biocolonización, alteraciones cromáticas, grietas y deformaciones, pérdida de material y alteración antrópica por maquinaria.

Se conocen más de 40 sitios arqueológicos con esferas de piedra en el delta del Diquís, la Isla del Caño y los valles de Coto Brus y General.

 

Las enigmáticas Esferas de Piedra del Diquís

26 junio, 2018 10:35 am

La gran cantidad de estas esferas encontradas en el Diquís, el fino acabado de su superficie, la variedad de tamaños y simbolismo, hacen que sean consideradas piezas arqueológicas únicas.

Alina Cordero Quesada

comunicaciones@enlacecr.com

  • En el 2014, El Silencio, Batambal, Grijalba – 2 y Finca 6, con las esferas de piedra que allí se encuentran, fueron declarados Patrimonio Mundial de la Humanidad, por la UNESCO.
  • La esfera de piedra era una representación de prestigio y poder.

En el cantón de Osa, en la llanura aluvial entre los ríos Térraba y Sierpe, vivieron importantes civilizaciones precolombinas, por los años 300 y 1500 d.C. Estas civilizaciones, dejaron huellas en la riqueza arqueológica que hoy cautiva al mundo y cuentan su historia.

Uno de los legados más enigmáticos son las esferas de piedra, manifestaciones culturales que representaban prestigio y poder social y político de los dirigentes e importancia de los asentamientos. La elaboración de las esferas inició 300 años d.C., pero fueron fabricadas mayormente entre 800 – 1500 d.C. al alcanzar las sociedades cacicales su máximo desarrollo.

La mayoría de estas esferas han sido encontradas en las aldeas principales de la zona, en la entrada de las viviendas de personalidades de alto rango, plazas o montículos. También algunas de ellas se encuentran formando alineamientos rectos o triangulares, lo que se cree tenía significado astronómico, funcionaban como calendario de los ciclos agrícolas o naturales o para rituales.

Existen esferas de diferentes tamaños, se cree que entre más grandes eran, mayor poder tenía la persona que allí habitaba. Las esferas miden entre 7 centímetros y 2,66 metros de diámetro y llegan a pesar hasta 24 toneladas. Fueron hechas en piedras como granodiorita, gabros, arenisca y caliza.

Los materiales utilizados para su creación se encuentran en las faldas de la Cordillera Costeña, desde este lugar el material se trasladó hasta el sitio donde se ubica la esfera y allí se terminaba. Sin embargo, aún se desconoce cómo los indígenas lograron transportar las piedras, que implicó un gran esfuerzo organizacional.

Representantes de la comunidad indígena Boruca junto con los arqueólogos encargados del plan de conservación de las esferas, en el Sitio Arqueológico El Silencio.

Por esta razón, en el 2014, cuatro sitios arqueológicos: El Silencio, Batambal, Grijalba – 2 y Finca 6, junto con las esferas de piedra que allí se encuentran, fueron declarados Patrimonio Mundial de la Humanidad, por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), con el fin de garantizar la protección y conservación de estas muestras culturales únicas, que rescatan la vida de nuestros ancestros.

Junto con las esferas, en estos sitios se han encontrado esculturas de piedra que representan personas, o figuras híbridas (cuerpo humano y cabeza de animal), piezas de cerámica y oro.

Desde el año 2011, el departamento de Patrimonio Cultural del Museo Nacional de Costa Rica, con la colaboración de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía del Instituto Nacional de Antropología e Historia en México, han venido trabajando en la conformación de un plan de conservación para contener o minimizar las causas de deterioro que están atacando las esferas.

Isabel Medina, arqueóloga de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía de México, señala: “El principal objetivo de esta cooperación binacional es la conservación de los valores del sitio y la cooperación en temas de patrimonio mundial. En este lugar lo que yo he encontrado es una gran voluntad de cooperar, trabajar juntos, estoy agradecida por la oportunidad y muy feliz de que las generaciones más jóvenes tengan tantas ganas de involucrarse.

En la próxima temporada (próximo año) pretendemos intervenir la esfera de El Silencio, estabilizarla de manera que ya no sufra daños o se reduzcan en el tiempo y empezaríamos a hacer el diagnóstico de las otras esferas que hay en otros lugares y que están esperando, 4 esferas en Batambal, 1 en Grijalba-2. Hay ciertas huellas que tiene la esfera que son características del paso del tiempo, queremos recuperar algunos valores estéticos, sin alterar su antigüedad”. 

Las esferas de Finca 6 y El Silencio han sido analizadas y se ha hecho un diagnóstico de las alteraciones que presentan, con el fin de contener las causas de deterioro que las están afectando.

Las esferas de Finca 6 y El Silencio han sido analizadas y se ha hecho un diagnóstico de las alteraciones que presentan, entre ellas la biocolonización, alteraciones cromáticas, grietas y deformaciones, pérdida de material y alteración antrópica por maquinaria.

Se conocen más de 40 sitios arqueológicos con esferas de piedra en el delta del Diquís, la Isla del Caño y los valles de Coto Brus y General.