Resumen de charla por Luis Enrique Arce

Video original:

Por frontera agrícola se entiende el proceso de cultivo que existió en Costa Rica durante la época colonial, que consistía en que se establecían fincas alrededor de los núcleos de población.

A medida que las comunidades iban creciendo en población se vieron en la necesidad de aumentar sus cultivos, expandiéndose hacia los bosques aledaños.

Se aplicaba la agricultura de roza, que consiste en quemar las parcelas de cultivos para utilizar nuevamente esas tierras. Este proceso resultó poco favorable para el suelo, pues disminuye su fertilidad.

En la Meseta Central del país, veían la periferia como un gran campo de cultivo, pues se creía que cualquier terreno sin cultivos o ganado se estaba desperdiciando.

A mediados del siglo XX se distinguía en Costa Rica dos clases de empresas agropecuaria: la primera, latifundista, comercial y exportadora. La segunda, pequeña, independiente y comercializaba a nivel nacional.

Esta última se dividía en dos grupos, aquellos que provenían del Valle Central, quienes generaron la idea de que nuestro país era solamente de gente “blanca” y los campesinos de tierras bajas, de origen indígena, mestizos e incluso extranjeros.

Esto produjo un choque cultural entre ambos tipos de agricultores pues, se produjo una ola de discriminación. “Cholos y Blancos”, la Región Brunca no fue una excepción a este evento.

Debido a esto los “blancos” provenientes del Valle Central llegaban a tierras indígenas e interpretaban que estaban desperdiciando el espacio. Por su parte, los indígenas, alejándose de los meseteños se adentraban en la montaña para ubicar sus fincas ahí, a pesar de que ellos sí consideraban los bosques esenciales.

Por tanto, poco a poco las personas no indígenas, buscando más tierras se toparon con partes de la montaña ocupadas por indígenas, que no se estaban utilizando, ya que la agricultura de roza desgastó el suelo. Muchas de estas tierras se declararon como despobladas e interpretándolo como exceso de tierra, los meseteños quisieron despojar a los indígenas.

Muchos de estos conflictos perduraron hasta la actualidad.

De 1945 a 1950 hubo un gran movimiento migratorio hacia Pérez Zeledón, llegaban familias enteras, gracias a la construcción de la carretera hacia el Valle del General.

Entre 41 y 45 se consignó toda la población como rural, no fue que apareció población urbana hasta 1950. Existían terrenos muy baratos con bosque primario para convertir en parcelas agrícolas. A pesar de que la mayoría de sus árboles fueron quemados, la carretera también permitió el comercio de esa madera.

En 1964 Pérez Zeledón, produjo mayor cantidad de granos que cualquier otro lugar del país equivalente en tamaño. Entre los 40 y 60 la frontera agrícola en el cantón permitió una sociedad establecida e igualitaria, contaba con entre 40 y 100 fincas, predominando las medianas. Además, la producción en estas fincas era variada.

Contaban con producciones, de caña, café, maíz, frijoles, pastos y leña. Esto hacía la diferencia con la producción de hacienda tradicional del Valle Central.

Sin embargo, para los años 70 el progreso del cantón disminuyó en cuanto a la agricultura. Además, la sobrepoblación rural causó que muchos emigraran aún más al sur, a la costa del pacífico, Parrita, Buenos Aires y Coto Brus.

También durante los 70 la carne de res se convirtió en un producto de suma importancia tanto dentro del país como en exportaciones. Esto generó que más terrenos se dedicaran a la ganadería y los propietarios dejaran de lado la agricultura.

Sin embargo, este aumento tuvo consecuencias desfavorables, como: mayor deforestación, desalojo de campesinos pequeños, reducción de granos básicos y mayores latifundios. También convirtieron en pastizales las tierras fértiles que quedaban.

Aquella misma idea de que la tierra era inagotable, que antes fomentó la agricultura extensiva, hizo lo mismo con la ganadería. Es así como a finales de la década de los 1970, la conocida frontera agrícola llegó a su fin en el cantón.

Durante este mismo periodo se hizo un esfuerzo a nivel nacional por proteger los bosques, implementando la educación ambiental, el turismo ecológico y decretando reservas forestales y parques nacionales.

Finalmente, en la última parte del sigo XX el desarrollo sostenible de Pérez Zeledón se enfrentaría a la globalización.

 

 

 

La Frontera Agrícola en Costa Rica y la afectación al cantón de Pérez Zeledón

28 agosto, 2021 9:00 am

Resumen de charla por Luis Enrique Arce

Video original:

Por frontera agrícola se entiende el proceso de cultivo que existió en Costa Rica durante la época colonial, que consistía en que se establecían fincas alrededor de los núcleos de población.

A medida que las comunidades iban creciendo en población se vieron en la necesidad de aumentar sus cultivos, expandiéndose hacia los bosques aledaños.

Se aplicaba la agricultura de roza, que consiste en quemar las parcelas de cultivos para utilizar nuevamente esas tierras. Este proceso resultó poco favorable para el suelo, pues disminuye su fertilidad.

En la Meseta Central del país, veían la periferia como un gran campo de cultivo, pues se creía que cualquier terreno sin cultivos o ganado se estaba desperdiciando.

A mediados del siglo XX se distinguía en Costa Rica dos clases de empresas agropecuaria: la primera, latifundista, comercial y exportadora. La segunda, pequeña, independiente y comercializaba a nivel nacional.

Esta última se dividía en dos grupos, aquellos que provenían del Valle Central, quienes generaron la idea de que nuestro país era solamente de gente “blanca” y los campesinos de tierras bajas, de origen indígena, mestizos e incluso extranjeros.

Esto produjo un choque cultural entre ambos tipos de agricultores pues, se produjo una ola de discriminación. “Cholos y Blancos”, la Región Brunca no fue una excepción a este evento.

Debido a esto los “blancos” provenientes del Valle Central llegaban a tierras indígenas e interpretaban que estaban desperdiciando el espacio. Por su parte, los indígenas, alejándose de los meseteños se adentraban en la montaña para ubicar sus fincas ahí, a pesar de que ellos sí consideraban los bosques esenciales.

Por tanto, poco a poco las personas no indígenas, buscando más tierras se toparon con partes de la montaña ocupadas por indígenas, que no se estaban utilizando, ya que la agricultura de roza desgastó el suelo. Muchas de estas tierras se declararon como despobladas e interpretándolo como exceso de tierra, los meseteños quisieron despojar a los indígenas.

Muchos de estos conflictos perduraron hasta la actualidad.

De 1945 a 1950 hubo un gran movimiento migratorio hacia Pérez Zeledón, llegaban familias enteras, gracias a la construcción de la carretera hacia el Valle del General.

Entre 41 y 45 se consignó toda la población como rural, no fue que apareció población urbana hasta 1950. Existían terrenos muy baratos con bosque primario para convertir en parcelas agrícolas. A pesar de que la mayoría de sus árboles fueron quemados, la carretera también permitió el comercio de esa madera.

En 1964 Pérez Zeledón, produjo mayor cantidad de granos que cualquier otro lugar del país equivalente en tamaño. Entre los 40 y 60 la frontera agrícola en el cantón permitió una sociedad establecida e igualitaria, contaba con entre 40 y 100 fincas, predominando las medianas. Además, la producción en estas fincas era variada.

Contaban con producciones, de caña, café, maíz, frijoles, pastos y leña. Esto hacía la diferencia con la producción de hacienda tradicional del Valle Central.

Sin embargo, para los años 70 el progreso del cantón disminuyó en cuanto a la agricultura. Además, la sobrepoblación rural causó que muchos emigraran aún más al sur, a la costa del pacífico, Parrita, Buenos Aires y Coto Brus.

También durante los 70 la carne de res se convirtió en un producto de suma importancia tanto dentro del país como en exportaciones. Esto generó que más terrenos se dedicaran a la ganadería y los propietarios dejaran de lado la agricultura.

Sin embargo, este aumento tuvo consecuencias desfavorables, como: mayor deforestación, desalojo de campesinos pequeños, reducción de granos básicos y mayores latifundios. También convirtieron en pastizales las tierras fértiles que quedaban.

Aquella misma idea de que la tierra era inagotable, que antes fomentó la agricultura extensiva, hizo lo mismo con la ganadería. Es así como a finales de la década de los 1970, la conocida frontera agrícola llegó a su fin en el cantón.

Durante este mismo periodo se hizo un esfuerzo a nivel nacional por proteger los bosques, implementando la educación ambiental, el turismo ecológico y decretando reservas forestales y parques nacionales.

Finalmente, en la última parte del sigo XX el desarrollo sostenible de Pérez Zeledón se enfrentaría a la globalización.