“LA LLENA DEL 55” El Desastre Natural más Destructivo en la Historia de la Zona Sur

Por Jack Ewing
Hace unos 25 años en el transcurso de una entrevista con dos pioneros de la zona de Dominical, el finado Manuel Ángel Sánchez y su esposa doña Blanca Valverde, fue la primera vez que escuché algo sobre la lluvia torrencial y las inundaciones del año 1955. En esos años Manuel era el mandador de Hacienda Barú y allí vivía la pareja con sus tres hijos. A finales de setiembre empezó a llover, pero no era cualquier lluvia, sino como un baldazo continuo durante siete días. Temían por Blanca quien, además de tener siete meses de embarazo, tenía una fuerte infección en un pie y a la vez, una recaída del “paludismo” (malaria). No fue hasta ocho días después que la Cruz Roja pudo llegar en una lancha y evacuarla hasta Puntarenas. Manuel recuerda que el segundo día del temporal su joven cuñado, Daniel, expresó su temor preguntando si el río llegaría hasta la casa. “No hombre,” le aseguró Manuel, “el río queda muy abajo, por lo menos cuatro metros. Jamás va a subir hasta aquí.” Pero él no se imaginaba que el temporal con una intensidad nunca antes vista iba a seguir parejo durante cinco días y cinco noches más. “Era increíble,” dijo Manuel, “el último día el río tocó las gradas frente la casa”. Siguió diciendo que toda la comunidad de Dominical quedó bajo el agua. El antiguo Hotel Dominical, ubicado donde hoy se encuentra Restaurante El Coco, fue la única construcción de dos pisos. Todo el pueblo subió y estuvieron aislados en el segundo piso durante la tormenta. Cuando por fin escampó y el agua bajó tuvieron que quitar una cantidad enorme de lodo del primer piso.
Hoy en día contamos con muchos medios de comunicación y cuando se aproxima un temporal fuerte nos llega la noticia con varios días de anticipación. Recibimos asesoría de la Comisión Nacional de Emergencias sobre que parte del país va ser más afectada y que medidas hay que tomar. Tenemos tiempo para prepararnos. En Dominical en 1955 no había ni un radio para escuchar noticias, solamente un telégrafo y no llegó ninguna advertencia del enorme temporal que venía.
Don Alejandro Gutiérrez era empleado de la compañía bananera en Quepos en el año 1955 y vivía con su esposa Dominga Gómez y las tres hijas en la comunidad de Marítima. A pesar de que la casa quedaba a un poco más de un kilómetro del río Savegre, el segundo día de la lluvia el agua entró al primer piso y ellos subieron toda la alimentación y el fogón al segundo piso. Después de seis días, lloviendo, día y noche, el nivel del agua le faltaba apenas media vara (42 cm) para llegar al segundo piso. Empezó a bajar la furia de la lluvia el sétimo día y el nivel de agua comenzó a bajar. El ferrocarril que transportaba bananos de todas las fincas entre Matapalo y puerto Quepos quedó en ruinas y las correntadas impetuosas se llevaron el puente sobre el río Savegre. Miles de hectáreas de banano fueron destruidas. Tan devastadora era la tormenta que puso fin a la cultivación de bananos en la zona de Quepos y Parrita.
Nadie que entrevisté sabía que la causa de la espantosa lluvia fue un huracán en el Caribe, mucho menos el nombre. Busqué información por internet y descubrí que se llamaba Janet. Fue el primer huracán en la historia en alcanzar la categoría #5 y el primer huracán en matar más de mil personas, la mayor parte en México. Todos recordamos la tormenta tropical Nate que, a pesar de no alcanzar el nivel de huracán, causó una exageración de daño en el año 2017. Janet siguió una trayectoria muy similar a la de Nate con la gran diferencia que ella era un huracán categoría #4 cuando pasó por lo largo de nuestra costa caribeña. Luego siguió hacia el norte y alcanzo la categoría #5 antes de tocar tierra en México. No tengo información sobre el resto del país, pero fue definitivamente el peor desastre natural en la historia de la zona sur.
En San Isidro del General don Gerardo Montero, quien tenía 16 años cuando empezó la lluvia provocada por Janet, recuerda que vivían en Palmares a más de un kilómetro del río General. La casa estaba en una parte alta y había una loma al frente. El río entró al pueblo y se dividió en dos ramales que enceraron la loma completamente, así dejándola como una isla. Él recuerda que cuando el agua empezó a crecer dos yeguas cruzaron el ramal del río para llegar a la isla y allí quedaron atrapadas durante ocho días. Llovió muchísimo, pero aparentemente era menos que en la costa.
El finado marinero Benjamín Dario Cedeño logró un sueño cuando adquirió su licencia de capitán en el año 1955 y de una vez consiguió trabajo con la empresa Edete. Su primer barco que se llamaba la “Santa Rosa” transportaba pasajeros y carga entre Puerto Cortes y Puntarenas pasando por varios puertos pequeños en medio. Debido a la cercanía a la boca del río Térraba el nivel de agua en Puerto Cortes empezó a subir rápidamente al inicio de las lluvias torrenciales. La Municipalidad de Osa fue la única estructura en la comunidad con dos pisos, todo el pueblo subió hasta ahí para salvarse. Don Benjamin entró hasta el puro centro de la comunidad con el barco y rescató alrededor de 50 personas de la segunda planta de la muni. Cuando llegó la gente estaba desesperada. El nivel del agua ya había alcanzado el segundo piso. Bajó una sonda hasta la calle frente la muni para medir la profundidad. Era de 14 pies (4.3 metros).
Durante mis 47 años de vivir en la zona sur los dos huracanes más grandes que he visto eran Juana en 1988 y Cesar en 1996. En el momento pensamos que eran muy graves, pero comparados a la “llena del 55” eran apenas como un par de temporales fuertes.