LAS VEGAS DE CHÁNGUENA, un pueblo entre historias y paisajes

Uriel Rojas
Las Vegas es un poblado que se ubica dentro del Territorio Indígena de Rey Curré, 35 km al SE de Buenos Aires.
Pertenece al distrito de Chánguena de Buenos Aires y para llegar se debe cruzar el rio Grande de Térraba en el paso Las Vegas.
Este poblado fue fundado a principios de 1950 por algunas familias de origen boruca que llegaron a estas tierras atraídas por la fertilidad de sus suelos y porque abundaba recursos alimenticios que generaban los ríos Chánguena y Grande de Térraba.
Las primeras familias eran de apellidos Mora y Morales y gran parte de los actuales pobladores provienen de estos núcleos fundadores.
Su primera escuela fue fundada en 1969, con materiales propios de la comunidad. La primera docente se llamó Maritza Madrigal Maroto y algunos de sus primeros alumnos fueron: Rufino Mora Lázaro, Amada Leiva Morales y Julio Lázaro Morales. Luego sucedieron otros docentes como: Fernando Maroto, Francisco Chacón, Marcos Ortiz Ortiz, José Ángel Castro, Ligia Bermúdez, entre otros.
Es una comunidad que llegó a tener un gran crecimiento demográfico sin embargo, a principios de los noventas se empezó a despoblar debido a la decadencia de la agricultura. Muchos de ellos, especialmente los más jóvenes empezaron a emigrar en busca de trabajo y algunos pocos por razones de estudio, a tal punto que a principios del 2000, llegó a ser casi un pueblo fantasma, en donde solo en ciertas fechas u ocasiones (semana santa, navidad) se podía ver familias completas disfrutando de sus vacaciones.
Su nombre se debe a que dichos pobladores habitan las vegas (riberas) del río Chánguena, llanuras que han sabido explotar para la siembra de productos agrícolas como el ayote, la sandía, el maíz y el plátano. Las aguas de este río que es afluente importante del Río Grande de Térraba, la utilizan para diversas actividades tales como la pesca, el riego de la sandía y ayote, bebederos para el ganado y la recreación. En verano es muy común ver a las familias usar este río para lavar. Algunos asocian sus trillos como el pasadero de Cuasrán, (personaje mítico más popular de la cultura indígena boruca) o los changuinitas, un supuesto pueblo encantado que habita las partes altas de estas tierras.
Para llegar a esta comunidad, se debe cruzar el río Grande de Térraba en el paso Las Vegas y continuar. Es una linda experiencia recorrer este trayecto que lo lleva a este poblado.
Durante el camino se observan lindos parajes que dibujan paisajes relajantes.
Cruzando el rio no más, en un bote con motor, se supera una buena cantidad de nervios y luego, al pasar el puente de hamaca se vuelve a despertar la adrenalina.
A mitad de camino se observan unas altas paredes de roca, las cuales evocan leyendas que huelen a tiempos adormecidos. Al pie, el río Chánguena desliza sus aguas que viajan apresuradas a desembocar en el río Grande.
Cuenta la tradición oral de la zona que por acá también está el camino de tatica Cuasrán, el dios mitológico de los borucas, que usa para ir a visitar a su hijo Sancráhua, quien vive en lo alto de Cerro Chuzo.
Entre historias, leyendas y paisajes naturales, Las Vegas de Chánguena continua construyendo su propia historia.