PERSONAS POR SU EJEMPLO COMUNAL: FULMEN GUZMÁN FONSECA


Escribe Luis Enrique Arce N. (Escritor educador)
Premio Nacional de Educación
En la actualidad, algunos andan promoviendo el emprendedurismo, lo hacen con base en la teoría que recién aparece. Y limpiar cerebros con agua llena de burocracia y trámites “carcelarios funestos”, tantos papeles y papeles en el tal emprendedurismo estatal y empresarial privado. Pero NO, el asunto no debería de ser. La persona afanosa y dispuesta, no necesita de teorías modernas al tema. No necesita de recitadores con micrófonos que les enseñe a emprender. El emprendedurismo natural, llega con cada persona que nace dispuesta al mundo, es parte de su inteligencia, de su valor, de sus riesgos y motivos en la toma de decisiones. No hacen falta carreras académicas para emprender una gestión que llegue a satisfacer a la persona.
En este trabajo les presento a una emprendedora nacida para tal; desde niña fue inducida a soñar realidades en un mundo que siempre supo con qué recursos enfrentar. He conocido personas que han empujado su bienestar económico y social desde su edad corta, generalmente han sido varones. Ahora se trata de una dama, nacida en el distrito Daniel Flores, de padre y madre trabajadores en la agricultura, en el campo como decimos. Hablo de doña Fulmen Guzmán Fonseca. Su padre fue Gustavo Guzmán Araya, inmigrado de San Ramón de Alajuela, su madre Amelia Luisa Fonseca Cambronero de Concepción de San Ramón de Alajuela.
Fulmen de madre de labores en el hogar, padre de trabajo agrícola, también hombre con espíritu emprendedor. Doña Fulmen desde niña supo asimilar las buenas intenciones que sus papás deseaban para ella. De levantarse a las 4 am. e irse al sembradío a la deshierba y limpieza, a la cosecha. Después, en horas de la tarde, en el hogar donde colabora con su madre en oficios duros de cocina, planchado, limpieza de la vivienda y demás.
Todas esas vivencias en el trabajo, son parte de su agradecimiento actual a la vida que la enseñó que nada es regalado, que se tiene que luchar. Así lo manifiesta: “Soy feliz porque disfruto de mi satisfacción y alegría. A mí me provee de felicidad los actos que vivo en el trabajo. Nací para ser feliz, en ello siempre. El trabajo, y todas las demás obligaciones, me llevan feliz por la vida. Soy creyente, no religiosa de iglesia adentro. La religión no salva, salvan nuestros actos a favor de los demás. Dios es mi fortaleza y no creo necesario ir a los templos y traerlo para la casa. Si lo tengo en el corazón, a que voy a los tempos.”
Su coraje por la vida, también le han hecho pasar momentos difíciles y de tristeza. Dice ser persona triste si le afectan las enfermedades a familiares o a ella misma. Caso curioso decir que Fulmen Guzmán Fonseca descansa trabajando. “EL único día que descanso es el Jueves Santo” Creo que ese descanso se trata de un día especialmente dedicado a la meditación y alabanza completa en su Dios, como indica ella: “Él es el único que vela por mí, todas mis acciones en su nombre.”
Ella y El Hawaii.
Para que el lector se ubique mejor, El Hawaii es un local comercial. Se ubica en el distrito Cajón, entrada a la cabecera del distrito: El Carmen. Este local comercial data del siglo pasado. El padre de Fulmen tenía terrenos en varios lugares. En 1969 cambió a Augusto Corrales (de Cajón) una finca en Javillo de Potrero Grande, por 12 Hs. que es la extensión del terreno donde está El Hawaii. Con la adquisición de esa finca es donde radica el inicio de todo un episodio, ya parte de la historia y trabajo de Fulmen Guzmán Fonseca.

Augusto Corrales tenía ahí un negocio comercial y salón de eventos de nombre El Gran Parqueo. Al pasar la propiedad a Gustavo Guzmán, cambia de nombre por El Hawaii. “Estaba papá leyendo el periódico, me llamó para enseñarme la palabra Hawaii. Quizás era un anuncio o una noticia, cosa que no recuerdo en detalle.” Esa palabra impactó a su padre y de ahí El Hawaii, hasta la actualidad y más allá del tiempo, como punto de referencia, sin discusión.
La particularidad en que El Hawaii ahora no es lo que fue en aquellos años del trato de don Gustavo con dos Augusto, en manos de Fulmen, se ha convertido en sitio de renovación y reactivación, conforme van pasando años y años. Así de un común, casi galerón abandonado, pasa a un sitio atractivo de agradable asistencia. Verlo en 2019, todo ha sido producto de un trabajo constante, de renovación de la idea antigua. “Papá heredó el local a mi hermana Elieth, a mi hermano Víctor Manuel y a mí. Mi hermana Elieth nunca le gustó el negocio y tomó otro rumbo. Yo asumí el reto de enfrentarme al futuro con este trabajo, pero no iba quedarme en el edificio anterior, había que innovar, echarse al agua. Como dicen: a buscar alternativas.”
Fulmen Guzmán Fonseca con su valentía, se empodera hacia la construcción del nuevo edificio en el año 1985 dejando atrás el antiguo “cachivache” que hubo. Con base en ahorros propios arranca hacia la meta. Apenas tenía el 10% que costo final de la construcción. Lo que expresa: “Valida de mi coraje y de mi fe en el altísimo Dios que no me abandona, todo fue por caminos propios de mis planes.” Claro que sufrí en momentos de apremio y falta de dinero, pero como Dios no me abandona fueron apareciendo quienes me favorecieron con crédito. Mi gran pensamiento diario era la planilla de quince peones por semana. Empiezo sosteniéndome con cinco millones de ahorros personales, ahora que colón a colón fui acumulando. Fui manejando la situación económica con préstamos y materiales a pagos, en dos ferreterías. Varios empresarios ferreteros, nunca me abandonaron. Agarrada de Dios pude. Creo en el Gran Poder, ahí está la base de todo. Nunca perdí la visión, tampoco me fatigué, claro que pasé momentos duros. Me iba para el sótano de la construcción y ahí me ordenaba con lo que me incomodaba. Solita hablando en silencio conmigo y con Dios. Pagué los materiales que saqué a crédito y adelante, aquí estamos. ”
Relata que, previo a emprender la nueva construcción, llegó una pareja. El señor se presentó como Maestro de Obras, su esposa era arquitecta. Esta pareja le hizo la oferta de construcción. La semana siguiente, el señor Maestro de Obras llegó con el croquis. Con esta acción y su motivación al tope, Fulmen echó velas a su decisión: viajó a San José por algunos permisos, sobre todo del MOPT por el derecho a vía de Carretera Interamericana. En la Municipalidad de Pérez Zeledón completó las diligencias tramitológicas. Quedaría atrás la vetusta construcción que albergaba venta de abarrotes, bar, restaurante y salón de baile. Ya en la nueva infraestructura, se cambia algunas líneas comerciales, como venta de abarrotes y salón de baile. En la actualidad se atiende bar restaurante y alquiler de locales comerciales. Ahí se ubican: Oficina del MEP (Circuito 06), Farmacia Hawaii , Centro de Operaciones de Electricidad y Telefonía Kölbi, ICE y ARTELEC con línea blanca.
Fulmen Guzmán Fonseca, señora de notables principios; madre de dos hijos: Yendry Karina, egresada de la Escuela Barrio México y del Liceo San Pedro; estudios universitarios en Maestría en Administración de Empresas. Su hijo Cristian Mauricio, alumno graduado en Educación Primaria de Escuela Barrio México y E. Secundaria del Colegio Técnico Profesional San Isidro. Cristian posee Maestría en Inglés de la U. Latina, sumado a esta Maestría estuvo cinco años en Argentina donde obtuvo el título de Chef y experto en pastelería, artes culinarias que pone en práctica en el Hawaii día con día. En cuanto a su esposo, este murió en un accidente de tránsito. La viudez nunca fue obstáculo para conseguir sus objetivos. “Mis hijos se encargan del negocio en lo completo; ahora yo me responsabilizo de otros asuntos, pero siempre aquí. “
“El servicio de restaurante lo iniciamos mi esposo y yo. Él llego de Estados Unidos donde tuvo trabajo como cocinero, sabía bastante, sin embargo su exagerado machismo, no me dejaba arrimarme a aprender lo que hacía. Él se encargaba de cocinar y yo de atender a los clientes. A pocos aprendí mirándolo de larguito, aunque fue un costo. Mi esposo murió en un accidente de tránsito, cuando el suceso se dio, yo estaba preparada para enfrentar la viudez. La cocina de restaurante es muy diferente a lo que se prepara en la casa. Mi experiencia en restaurante me ha permitido experimentar y, tengo una receta de pastas en tomate o en salsa blanca.
La señora Guzmán Fonseca, tiene 50 años de vivir en Cajón, no obstante ese tiempo nunca ha formado parte de grupos organizados de la comunidad, sin embargo no es persona aislada del pueblo y sus necesidades. No es indiferente con sus iguales de pueblo. Para muestra: en marzo del año 2020 se conmemorará el 50 Aniversario de la creación del distrito Cajón y doña Fulmen se apunta a celebrarlo, colaborando de cerca con la organización de los eventos, así me lo hizo saber el profesor Edgar Mena Rodríguez el día lunes 22 de julio 2019, que estuve tras información de tan notable dama generaleña.
Características importantes que distinguen a doña Fulmen:
- Considera importante el dinero como medio para vivir, nunca para guardarlo improductivamente o para explotar a los demás.
- Le gusta la gente que aprovecha las oportunidades y pone a prueba sus virtudes.
3. No comparte nada que favorezca el machismo, cree que toda mujer es capaz.
4. Vive el trabajo como acto de disfrute.
5. No le gustan las cosas fáciles.
6. Somete a análisis profundo cada meta que se propone.
7. Visiona el futuro en cada acto que ejecuta en el presente.
8. Si toma una decisión, responde con disposición.
9. Creer en sí misma, contando con Dios de apoyo.
10. Cocina riquísimo las pastas en pollo con tomate o salsa blanca, ya comí.