Escribe Luis Enrique Arce Navarro.

(Educador y  escritor. Premio Nacional de Educación)

Nació en Canaán de Rivas el 3 de abril de 1944. Hijo de Francisco Elizondo Cordero y Hortensia Badilla Monge, oriundos de Copey de Dota. Doña Hortensia parió a todos sus hijos en  la casa, al extremo que murió en un parto.

Con respecto al estudio, apenas llegó al tercer grado escolar. Aunque disfruta  leer, manifiesta que nunca le gustó estudiar. Su escuela fue bastante accidentada por el maltrato antiguo de maestros groseros y su hiperactividad nada controlada.  Casó a los 23 años con Elsa Martínez Segura de tan solo 19 años. Este matrimonio tuvo diez hijos, seis varones y cuatro mujeres. Acaban de cumplir 52 años de vida en matrimonio.

Cuando se constituyó la Asociación de Desarrollo de San Gerardo de Rivas, Macho dejó de pertenecer como asociado de la ADI de Canaán. En San Gerardo fue el Primer Presidente de la naciente ADI. Su desempeño alcanzó notables resultados en la consecución de bienes y servicios a la comunidad. También  ha desempeñado puestos en comités de deportes, patronato escolar, colaborador asiduo de la religión católica, defensor total de la vida silvestre, de la tierra y de la montaña. Ha subido más de cincuenta veces al Cerro Chirripó, todo en misiones científicas, como guía de especialistas europeos que subieron a estudiar flora y fauna del Chirripó. Del mismo modo  destacan sus  trabajos para el aporte del desarrollo del turismo sostenible. Como agricultor produjo en tiempos pasados caña, hortalizas, frijoles, leche y los demás productos que labora la persona campesina. Ahora se dedica solo al café y al turismo rural sostenible, dando especial ejemplo desde la empresa familiar Hotel de Montaña El Pelícano.

Aficionado al futbol. Macho en su adolescencia y juventud brilló en el futbol, destacándose en el nivel local y cantonal. En las décadas de los años  sesentas y setentas (s. XX) fue un jugador de gran coraje y especial técnica de manejo con la pierna izquierda,  tal que en el Estadio Municipal: jugando con Canaán le voy metiendo el primer gol al San Martín. En ese equipo jugaba Patica Mesén, Mosca Campos, un negro que tenían de defensa que trabajaba en el MOPT. Al darse cuenta, ese negro,  que me los estaba “bailando”, se arrimó y cerca de las orejas me amenazó y me dijo: si usted mete otro gol tenga la seguridad que le voy a zampar la cuchilla que tengo aquí en la bolsa de la pantaloneta. Quiso amedrentarme, porque yo me lo bailaba para atrás y para adelante… (Entrevista, 2018)

A los 37 años comienza a incursionar en la artesanía. Con una raíz de rabo de iguana creó un chapulín  (insecto),  mientras escuchaba un partido. Después de eso siguió haciendo esculturas con raíces y más tarde tallando madera y piedra. Además, ha fabricado muebles con troncos de árboles y otros materiales naturales. Sus obras han sido adquiridas por gente de países como Israel, Canadá, Portugal, Estados Unidos y otros. Cuenta Macho que gracias a  una vez que mostró sus esculturas a unos canadienses, más tarde tuvo la oportunidad de que ellos lo recibieran como huésped en Canadá y lo llevaran a conocer bellísimos lugares, como las Cataratas del Niágara.

Él es un pie del Cerro Chirripó. Su vida ahí con vista libre y mirada rauda  al Cerro Ventisqueros (3812 msnm) y Cerro Urán (3360 msnm), le ha permitido desarrollar su conciencia mística y sabiduría, por amor a la vida. Ha sido un promotor de la campaña Cero quemas en el Chirripo y las estribaciones de la Gran Talamanca. Cuando estos incendios se han dado, Macho sin ruego de nadie se apresta a dar sus servicios voluntarios y rescatar de los terribles incendios a la montaña.

Amigos suyos valoran su coraje en defensa del Chirripó, su empeño en las metas pro conservación de la naturaleza y los trabajos artísticos donde destaca su museo familiar con más de dos centenas de piezas que gusta mirar. Del arte que produce Macho Elizondo, Luis Quesada Ávila dice: A mí me sorprende la imaginación que tiene mi amigo, saber que las raíces y los troncos producen en su mente creativa toda una revolución de ideas. Cuando uno se da cuenta, mi amigo, ya tiene la imagen de lo que obtendrá con el acabado de aquel material que quizás encontró en una montaña, a la orilla de un río o en algún cafetal. Me queda la satisfacción de haber intervenido en varias ocasiones que se promovió el arte que produce Macho. (Entrevista, 2 de julio 2028)

Otro mariense generaleño, Francisco Ureña Segura, lo valora así: Desde que conocí a Macho tuve muy claro que su amistad era para toda la vida. Destaco en él la calidad de sus valores, su disciplina en el trabajo, el gusto por disfrutar de la amistad con sus conocidos y familiares. Es la persona ideal en una sociedad porque sabe lo que tiene que hacer y lo hace sin andarse con injustificadas razones. Macho es un inspirador, da gusto trabajar junto a él por la paciencia y la capacidad de escucha, nunca se ofusca. En el trabajo comunal constituye un soporte de maravillas porque se entiende bien y actúa en todos los asuntos de la comunidad. Él es la figura típica del dirigente comunal que da su vida por el pueblo, sin importarle lo que haya que hacer. Cuando se iba a crear la Asociación de Desarrollo Comunal de San Gerardo, fue uno de los pilares que estuvieron atentos a cumplir con los requerimientos de DINADECO donde yo trabajaba en ese entonces. Lo bonito de Macho es que inspira a los demás a seguirlo, confían en él y eso respalda al pueblo y a Macho lo motiva saber de sus condiciones de líder nato. Mucho he aprendido de este servidor comunal. (Entrevista, 1° de julio 2018)

Rafael (Macho) Elizondo Badilla, excepcional ser humano que ha sabido jugarle los dados a la vida, pudo dejar el alcoholismo y convertirse en un promotor magnánimo de esos grupos AA, y del desarrollo comunal bien pensado. Generoso con los hijos y nietos, ellos en él saben encontrar un faro contra las adversidades. Yo sé que Macho es feliz porque se le observa en su mirada de larga edad y de vida satisfactoriamente vivida.    

PERSONAS POR SU EJEMPLO COMUNAL: Rafael (Macho) Elizondo Badilla

2 julio, 2019 9:42 pm

Escribe Luis Enrique Arce Navarro.

(Educador y  escritor. Premio Nacional de Educación)

Nació en Canaán de Rivas el 3 de abril de 1944. Hijo de Francisco Elizondo Cordero y Hortensia Badilla Monge, oriundos de Copey de Dota. Doña Hortensia parió a todos sus hijos en  la casa, al extremo que murió en un parto.

Con respecto al estudio, apenas llegó al tercer grado escolar. Aunque disfruta  leer, manifiesta que nunca le gustó estudiar. Su escuela fue bastante accidentada por el maltrato antiguo de maestros groseros y su hiperactividad nada controlada.  Casó a los 23 años con Elsa Martínez Segura de tan solo 19 años. Este matrimonio tuvo diez hijos, seis varones y cuatro mujeres. Acaban de cumplir 52 años de vida en matrimonio.

Cuando se constituyó la Asociación de Desarrollo de San Gerardo de Rivas, Macho dejó de pertenecer como asociado de la ADI de Canaán. En San Gerardo fue el Primer Presidente de la naciente ADI. Su desempeño alcanzó notables resultados en la consecución de bienes y servicios a la comunidad. También  ha desempeñado puestos en comités de deportes, patronato escolar, colaborador asiduo de la religión católica, defensor total de la vida silvestre, de la tierra y de la montaña. Ha subido más de cincuenta veces al Cerro Chirripó, todo en misiones científicas, como guía de especialistas europeos que subieron a estudiar flora y fauna del Chirripó. Del mismo modo  destacan sus  trabajos para el aporte del desarrollo del turismo sostenible. Como agricultor produjo en tiempos pasados caña, hortalizas, frijoles, leche y los demás productos que labora la persona campesina. Ahora se dedica solo al café y al turismo rural sostenible, dando especial ejemplo desde la empresa familiar Hotel de Montaña El Pelícano.

Aficionado al futbol. Macho en su adolescencia y juventud brilló en el futbol, destacándose en el nivel local y cantonal. En las décadas de los años  sesentas y setentas (s. XX) fue un jugador de gran coraje y especial técnica de manejo con la pierna izquierda,  tal que en el Estadio Municipal: jugando con Canaán le voy metiendo el primer gol al San Martín. En ese equipo jugaba Patica Mesén, Mosca Campos, un negro que tenían de defensa que trabajaba en el MOPT. Al darse cuenta, ese negro,  que me los estaba “bailando”, se arrimó y cerca de las orejas me amenazó y me dijo: si usted mete otro gol tenga la seguridad que le voy a zampar la cuchilla que tengo aquí en la bolsa de la pantaloneta. Quiso amedrentarme, porque yo me lo bailaba para atrás y para adelante… (Entrevista, 2018)

A los 37 años comienza a incursionar en la artesanía. Con una raíz de rabo de iguana creó un chapulín  (insecto),  mientras escuchaba un partido. Después de eso siguió haciendo esculturas con raíces y más tarde tallando madera y piedra. Además, ha fabricado muebles con troncos de árboles y otros materiales naturales. Sus obras han sido adquiridas por gente de países como Israel, Canadá, Portugal, Estados Unidos y otros. Cuenta Macho que gracias a  una vez que mostró sus esculturas a unos canadienses, más tarde tuvo la oportunidad de que ellos lo recibieran como huésped en Canadá y lo llevaran a conocer bellísimos lugares, como las Cataratas del Niágara.

Él es un pie del Cerro Chirripó. Su vida ahí con vista libre y mirada rauda  al Cerro Ventisqueros (3812 msnm) y Cerro Urán (3360 msnm), le ha permitido desarrollar su conciencia mística y sabiduría, por amor a la vida. Ha sido un promotor de la campaña Cero quemas en el Chirripo y las estribaciones de la Gran Talamanca. Cuando estos incendios se han dado, Macho sin ruego de nadie se apresta a dar sus servicios voluntarios y rescatar de los terribles incendios a la montaña.

Amigos suyos valoran su coraje en defensa del Chirripó, su empeño en las metas pro conservación de la naturaleza y los trabajos artísticos donde destaca su museo familiar con más de dos centenas de piezas que gusta mirar. Del arte que produce Macho Elizondo, Luis Quesada Ávila dice: A mí me sorprende la imaginación que tiene mi amigo, saber que las raíces y los troncos producen en su mente creativa toda una revolución de ideas. Cuando uno se da cuenta, mi amigo, ya tiene la imagen de lo que obtendrá con el acabado de aquel material que quizás encontró en una montaña, a la orilla de un río o en algún cafetal. Me queda la satisfacción de haber intervenido en varias ocasiones que se promovió el arte que produce Macho. (Entrevista, 2 de julio 2028)

Otro mariense generaleño, Francisco Ureña Segura, lo valora así: Desde que conocí a Macho tuve muy claro que su amistad era para toda la vida. Destaco en él la calidad de sus valores, su disciplina en el trabajo, el gusto por disfrutar de la amistad con sus conocidos y familiares. Es la persona ideal en una sociedad porque sabe lo que tiene que hacer y lo hace sin andarse con injustificadas razones. Macho es un inspirador, da gusto trabajar junto a él por la paciencia y la capacidad de escucha, nunca se ofusca. En el trabajo comunal constituye un soporte de maravillas porque se entiende bien y actúa en todos los asuntos de la comunidad. Él es la figura típica del dirigente comunal que da su vida por el pueblo, sin importarle lo que haya que hacer. Cuando se iba a crear la Asociación de Desarrollo Comunal de San Gerardo, fue uno de los pilares que estuvieron atentos a cumplir con los requerimientos de DINADECO donde yo trabajaba en ese entonces. Lo bonito de Macho es que inspira a los demás a seguirlo, confían en él y eso respalda al pueblo y a Macho lo motiva saber de sus condiciones de líder nato. Mucho he aprendido de este servidor comunal. (Entrevista, 1° de julio 2018)

Rafael (Macho) Elizondo Badilla, excepcional ser humano que ha sabido jugarle los dados a la vida, pudo dejar el alcoholismo y convertirse en un promotor magnánimo de esos grupos AA, y del desarrollo comunal bien pensado. Generoso con los hijos y nietos, ellos en él saben encontrar un faro contra las adversidades. Yo sé que Macho es feliz porque se le observa en su mirada de larga edad y de vida satisfactoriamente vivida.    

Alina Cordero
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