Escribe Luis Enrique Arce N.

Educador escritor. Premio Nacional de Educación.

En  los años sesentas y setentas del siglo XX, hubo alicientes que inspiraron a personas y comunidades para afanarse  por  un desarrollo civilizado, con posibilidades a promover calidad de vida de los pueblos. El gobierno central fue un promotor de líderes con base en las gestiones de DINADECO. La politización de las asociaciones de desarrollo, la alta manipulación por los políticos populistas, dio al traste con el entusiasmo productivo que hubo. ¡Lástima!

Rodrigo Agüero Valverde ha sido de esas personas identificadas por su ejemplo de trabajo comunal desde su juventud  en la comunidad de San Ramón Sur, distrito de Páramo,  Pérez Zeledón. Obviamente que no se quedó en el nivel local con las Asociaciones de Desarrollo; desempeño algunos puestos desde donde le fue posible desencadenar amarras burocráticas administrativas y promover así una dinámica práctica productiva, bajo el rigor de la transparencia en los resultados.

Rodrigo nace en San Ramón Sur, el 22 de mayo de 1940. Hijo de Aracelly Valverde Calderón, quien a la usanza antigua, lo parió en la casa. Su padre fue Gustavo Agüero Barrantes, persona que en un principio de esa comunidad, donó terreno para que hubiera donde construir la escuela y una pequeña plaza. La muerte de don Gustavo dio a sus 48 años, entonces Rodrigo, con 22 años, siendo el mayor de sus hijos, le corresponde hacerse cargo de los cafetales y los terrenos donde se trabajaba con ganado y productos de lechería, y producir para la manutención de la prole huérfana y su madre.

Aprende a tomar decisiones. Ya de joven le corresponde asumir  responsabilidades de manejo ejecutivo práctico, en respuesta a las necesidades de sus familiares y de su pueblo. Don Rodrigo, inspirado,  recuerda con gratitud  a su maestro Jenaro Espinoza quien fuera la persona que le enseñó  la forma de tratar y servirle a la gente, maestro que le indico con el ejemplo la efectivas de la práctica de valores. He ahí los resultados de un docente inspirador de jóvenes.

El cine Astral. Ahí en San Ramón Sur hubo cine en la década de los años sesentas. Rodrigo Agüero adecuó un salón y puso a funcionar este cine Astral  con películas para niños y jóvenes y las correspondientes a adultos.  El cine es arte y comunicación, con base en el cine se nos brinda oportunidades al conocimiento. El asunto no era tanto por lo que económicamente producía el cine, sino por el acto de servicio y distracción e incluso aprendizaje a la comunidad, ya que los gastos, en determinados momentos eran más altos que los ingresos por esta actividad.  

Rodrigo Síndico y Regidor municipal. Fueron estas oportunidades de gestión que le permitieron entrarle con mayor entusiasmo y resultados a la ejecución de obras de infraestructura distrital, con la coadyuvancia pertinente, en cuanto a la tarea global cantonal  como regidor. El trabajo como síndico lo apoyó en las comunidades distritales que mediante el manejo de presupuestos, desde los Consejos de Distrito.

Rodrigo Jefe de maquinaria del MOPT. En entrevista previa a este artículo, dijo: “En el gobierno de don Pepe Figueres (1070-74) empecé como Jefe de Maquinaria en el MOPT de Pérez Zeledón. En ese tiempo entraron las unidades Pegaso, con 12 vagonetas, dos niveladoras, dos tractores, dos cargadores, más el equipo de mantenimiento. Fue una época de mucho trabajo cantonal. En cuanto a caminos, se lastró la carretera a San Antonio (ahora de La Amistad), a la comunidad indígenas de China Kitchá. Hubo construcción  de carreteras en varias comunidades, carreteras que desde hacía mucho tiempo se estaban esperando para traslado de la producción agrícola y el beneficio al resto de gestiones de los ciudadanos. Bastante se hizo y es mi satisfacción contarlo.”

En su localidad se le guarda el respeto y aprecio que merece la persona Rodrigo Agüero. La gente del pueblo sabe que siempre estuvo por delante los intereses comunes, que los personales. Sinnúmero de puentes, plazas de deportes, salones comunales, entre otra infraestructura que gestionó.

En los años ochentas (s. XX) inicia las obras de gestión por la plaza de deportes con medidas reglamentarias y el salón comunal apropiado a un pueblo en crecimiento: San Ramón Sur y pueblos circunvecinos.  Con base en donaciones, resultados económicos de los turnos y eventos diversos productos de la motivación comunal, se logra la primera etapa, como es la adquisión del terreno para la anhelada plaza de deportes.

Recordemos que el líder es un inspirador que convence sin necesidad de exigir o condicionar, el líder auténtico desarrolla su propio estilo, también se adapta a  nuevas circunstancias y situaciones. Ese líder es capaz de delegar cuando sea necesario y no tiene miedo a cambiar la forma en que hace las cosas para adaptarse a diferentes situaciones. Es notable el liderazgo de don Rodrigo porque con su forma sabe  accionar mediante un estilo democrático en el que cada uno de los colaboradores, se siente parte activa del trabajo y partícipe de los resultados.  En distintos períodos fue miembro de Junta Directiva de la ADI de esa comunidad, esa fue su trinchera prístina para su aporte al desarrollo.

En la actualidad no desempeña ningún cargo en juntas comunales, la edad  le ha dicho que es el momento de los jóvenes, que su gestión ha llegado a su tiempo, que ahí están sus huellas y su ejemplo. A sus 79 años es fácil encontrarlo en su casa de habitación, donde antes era tan difícil localizarlo. Sesenta años de trabajo por su gente local y cantonal. “Las medidas las pone el tiempo en el que viajamos”, dice.

A sus casi ochenta años, plantea: “Creo que aportar a la patria  es hacer lo posible ayudando a su propio pueblo, trabajando desde la base. Nada más feo saber de gente que se sienta a esperar que todo se lo pongan a la mano, sin dar muestras de querer hacer las cosas en beneficio de la comunidad. Soy un enamorado del desarrollo comunal desde las bases”. Junto agrega: “Creo en la honradez. A mi tiempo y edad que he dejado a mis hijos y hermanos  un claro y distinguido amor a la familia.” 

PERSONAS POR SU EJEMPLO COMUNAL, Rodrigo Agüero Valverde

7 agosto, 2019 5:54 am

Escribe Luis Enrique Arce N.

Educador escritor. Premio Nacional de Educación.

En  los años sesentas y setentas del siglo XX, hubo alicientes que inspiraron a personas y comunidades para afanarse  por  un desarrollo civilizado, con posibilidades a promover calidad de vida de los pueblos. El gobierno central fue un promotor de líderes con base en las gestiones de DINADECO. La politización de las asociaciones de desarrollo, la alta manipulación por los políticos populistas, dio al traste con el entusiasmo productivo que hubo. ¡Lástima!

Rodrigo Agüero Valverde ha sido de esas personas identificadas por su ejemplo de trabajo comunal desde su juventud  en la comunidad de San Ramón Sur, distrito de Páramo,  Pérez Zeledón. Obviamente que no se quedó en el nivel local con las Asociaciones de Desarrollo; desempeño algunos puestos desde donde le fue posible desencadenar amarras burocráticas administrativas y promover así una dinámica práctica productiva, bajo el rigor de la transparencia en los resultados.

Rodrigo nace en San Ramón Sur, el 22 de mayo de 1940. Hijo de Aracelly Valverde Calderón, quien a la usanza antigua, lo parió en la casa. Su padre fue Gustavo Agüero Barrantes, persona que en un principio de esa comunidad, donó terreno para que hubiera donde construir la escuela y una pequeña plaza. La muerte de don Gustavo dio a sus 48 años, entonces Rodrigo, con 22 años, siendo el mayor de sus hijos, le corresponde hacerse cargo de los cafetales y los terrenos donde se trabajaba con ganado y productos de lechería, y producir para la manutención de la prole huérfana y su madre.

Aprende a tomar decisiones. Ya de joven le corresponde asumir  responsabilidades de manejo ejecutivo práctico, en respuesta a las necesidades de sus familiares y de su pueblo. Don Rodrigo, inspirado,  recuerda con gratitud  a su maestro Jenaro Espinoza quien fuera la persona que le enseñó  la forma de tratar y servirle a la gente, maestro que le indico con el ejemplo la efectivas de la práctica de valores. He ahí los resultados de un docente inspirador de jóvenes.

El cine Astral. Ahí en San Ramón Sur hubo cine en la década de los años sesentas. Rodrigo Agüero adecuó un salón y puso a funcionar este cine Astral  con películas para niños y jóvenes y las correspondientes a adultos.  El cine es arte y comunicación, con base en el cine se nos brinda oportunidades al conocimiento. El asunto no era tanto por lo que económicamente producía el cine, sino por el acto de servicio y distracción e incluso aprendizaje a la comunidad, ya que los gastos, en determinados momentos eran más altos que los ingresos por esta actividad.  

Rodrigo Síndico y Regidor municipal. Fueron estas oportunidades de gestión que le permitieron entrarle con mayor entusiasmo y resultados a la ejecución de obras de infraestructura distrital, con la coadyuvancia pertinente, en cuanto a la tarea global cantonal  como regidor. El trabajo como síndico lo apoyó en las comunidades distritales que mediante el manejo de presupuestos, desde los Consejos de Distrito.

Rodrigo Jefe de maquinaria del MOPT. En entrevista previa a este artículo, dijo: “En el gobierno de don Pepe Figueres (1070-74) empecé como Jefe de Maquinaria en el MOPT de Pérez Zeledón. En ese tiempo entraron las unidades Pegaso, con 12 vagonetas, dos niveladoras, dos tractores, dos cargadores, más el equipo de mantenimiento. Fue una época de mucho trabajo cantonal. En cuanto a caminos, se lastró la carretera a San Antonio (ahora de La Amistad), a la comunidad indígenas de China Kitchá. Hubo construcción  de carreteras en varias comunidades, carreteras que desde hacía mucho tiempo se estaban esperando para traslado de la producción agrícola y el beneficio al resto de gestiones de los ciudadanos. Bastante se hizo y es mi satisfacción contarlo.”

En su localidad se le guarda el respeto y aprecio que merece la persona Rodrigo Agüero. La gente del pueblo sabe que siempre estuvo por delante los intereses comunes, que los personales. Sinnúmero de puentes, plazas de deportes, salones comunales, entre otra infraestructura que gestionó.

En los años ochentas (s. XX) inicia las obras de gestión por la plaza de deportes con medidas reglamentarias y el salón comunal apropiado a un pueblo en crecimiento: San Ramón Sur y pueblos circunvecinos.  Con base en donaciones, resultados económicos de los turnos y eventos diversos productos de la motivación comunal, se logra la primera etapa, como es la adquisión del terreno para la anhelada plaza de deportes.

Recordemos que el líder es un inspirador que convence sin necesidad de exigir o condicionar, el líder auténtico desarrolla su propio estilo, también se adapta a  nuevas circunstancias y situaciones. Ese líder es capaz de delegar cuando sea necesario y no tiene miedo a cambiar la forma en que hace las cosas para adaptarse a diferentes situaciones. Es notable el liderazgo de don Rodrigo porque con su forma sabe  accionar mediante un estilo democrático en el que cada uno de los colaboradores, se siente parte activa del trabajo y partícipe de los resultados.  En distintos períodos fue miembro de Junta Directiva de la ADI de esa comunidad, esa fue su trinchera prístina para su aporte al desarrollo.

En la actualidad no desempeña ningún cargo en juntas comunales, la edad  le ha dicho que es el momento de los jóvenes, que su gestión ha llegado a su tiempo, que ahí están sus huellas y su ejemplo. A sus 79 años es fácil encontrarlo en su casa de habitación, donde antes era tan difícil localizarlo. Sesenta años de trabajo por su gente local y cantonal. “Las medidas las pone el tiempo en el que viajamos”, dice.

A sus casi ochenta años, plantea: “Creo que aportar a la patria  es hacer lo posible ayudando a su propio pueblo, trabajando desde la base. Nada más feo saber de gente que se sienta a esperar que todo se lo pongan a la mano, sin dar muestras de querer hacer las cosas en beneficio de la comunidad. Soy un enamorado del desarrollo comunal desde las bases”. Junto agrega: “Creo en la honradez. A mi tiempo y edad que he dejado a mis hijos y hermanos  un claro y distinguido amor a la familia.”