“La vida es muy sencilla. Hasta los árboles la están viviendo; debe de ser sencilla. No puede ser muy complicada; incluso las aves, las rocas y los ríos la están viviendo ¿Por qué se ha vuelto tan complicada para el hombre? Porque el hombre puede teorizar sobre ella”. Tomada de:  Osho.  Día a Día. 365 meditaciones para el Aquí y el Ahora. Editorial EDAF S.A. .2001

Pastora Grethel Quesada Quesada grethelquesadaq@hotmail.com

El sentido de la vida es un tema que por años, muchos filósofos y pensadores han tratado de explicar incansablemente. Uno de ellos fue Albert Camus quien representa, en su ensayo, la leyenda “El Mito de Sísifo”, una constante lucha contra la muerte para vivir eternamente.

De manera implícita, Camus indica que los seres humanos somos los únicos con la conciencia de que algún día moriremos y cuando deseamos la inmortalidad sin haber encontrado sentido alguno a nuestra existencia, eso nos posiciona ante algo absurdo.

 

A partir de este postulado nos viene la pregunta:

 

¿Tiene sentido nuestra vida o es mecánica, absurda y vacía?

Darle un significado o sentido a nuestra vida es muy valioso pues, cuando somos fuertemente incentivados a existir por algo, pasamos de una simple supervivencia a una vida con propósito bien cimentada. Al darle un sentido a nuestra vida, nos aferramos a un ideal y esto nos conduce a ser agentes de cambio a nivel familiar y social.

 La palabra Ideal tiene varias definiciones, pero para éste efecto, utilizaré el que a continuación describo: “Aspiración a conseguir un objetivo o deseo” (RAE). Cuando asumimos un ideal, tenemos una meta y conseguimos un propósito por el cual trabajar arduamente. Hay quienes se esfuerzan enérgica y apasionadamente en realizar un sueño y esto los convierte en seres ejemplares, ejes motivadores a la superación individual y colectiva.

 Pongamos algunos ejemplos: los apóstoles le dieron sentido a sus vidas al dedicarse a la expansión del Evangelio,  aun  cuando  hacer esto les podría provocar la muerte. También, conocemos ecologistas que se dan por completo para lograr que la sociedad modifique sus malas prácticas contra la naturaleza y así tener un mejor futuro. Sumado a esto, encontramos pastores, sacerdotes, religiosas y personas de fe sin rangos eclesiásticos o seculares que se desgastan por una obra específica para llevar bendición a ciertos grupos vulnerados (Teresa de Calcuta y su misión). Vemos, por otro lado, madres, padres, empresarios, doctores, inventores, educadores, entre otros, que dedicaron y dedican sus vidas a trabajar valientemente en realizar ideales que al final operarán para bien de muchos otros y de esta manera, le dieron o le dan un sentido de excelencia a su existencia y hasta el día de hoy los recordamos o son admirados por sus significativos aportes.

 Si leemos el libro de Eclesiastés (en la Biblia) podemos ver que Salomón, siendo el hombre más sabio que existía sobre la tierra, llegó a la conclusión que “vivir solo por vivir” era algo absurdo, que necesitamos asignarle una razón de peso a nuestras vidas para ser constructivos, productivos, felices y realizados, de lo contrario, estaremos existiendo solo “porque sí” sin mayor motivación y sin ninguna dirección más que hacer una y otra vez lo mismo para “seguir vivos”.

La Biblia dice: “Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin. Yo he conocido que no hay para ellos cosa mejor que alegrarse, y hacer bien en su vida; y  también que es don de Dios que todo hombre coma y beba, y goce el bien de toda su labor.” Eclesiastés 3:11-13 RVR1960.

Tú puedes darle un sentido a tu vida y dejar una huella inolvidable en tu localidad; busca entre tus intereses y haz el bien adrede,  cada vez que puedas, donde sea que te encuentres, cada vez que se te presente la oportunidad. Involúcrate en actividades de bien social, usa tu fuerza, sabiduría e inteligencia en algún ideal productivo que construya y que genere cambio. Recuerda que:

 “El que busca la justicia y el amor inagotable encontrará vida, justicia y honor.” Proverbios 21:21 NTV. No caigas en el letargo de vivir “solo por vivir”, dale sentido a tu existencia y vuélvete una persona realmente feliz y satisfecha. Recuerda lo que dice la biblia: “Así que tengan cuidado de cómo viven. No vivan como necios sino como sabios. Saquen el mayor provecho de cada oportunidad en estos días malos.” Efesios 5:15- 16.

Según Albert Camus, Sísifo sufrió su eternidad subiendo a cuestas la roca de su castigo por una enorme montaña una y otra vez, sin sentido alguno, monótona y inutilmente. No permitas que tu vida se convierte en esa “roca”, que tengas que empujarla a diario, sin meta alguna a la cual llegar, porque eso sí sería un gran absurdo.

 

¿Tiene sentido tu vida?

6 enero, 2020 7:00 am

“La vida es muy sencilla. Hasta los árboles la están viviendo; debe de ser sencilla. No puede ser muy complicada; incluso las aves, las rocas y los ríos la están viviendo ¿Por qué se ha vuelto tan complicada para el hombre? Porque el hombre puede teorizar sobre ella”. Tomada de:  Osho.  Día a Día. 365 meditaciones para el Aquí y el Ahora. Editorial EDAF S.A. .2001

Pastora Grethel Quesada Quesada grethelquesadaq@hotmail.com

El sentido de la vida es un tema que por años, muchos filósofos y pensadores han tratado de explicar incansablemente. Uno de ellos fue Albert Camus quien representa, en su ensayo, la leyenda “El Mito de Sísifo”, una constante lucha contra la muerte para vivir eternamente.

De manera implícita, Camus indica que los seres humanos somos los únicos con la conciencia de que algún día moriremos y cuando deseamos la inmortalidad sin haber encontrado sentido alguno a nuestra existencia, eso nos posiciona ante algo absurdo.

 

A partir de este postulado nos viene la pregunta:

 

¿Tiene sentido nuestra vida o es mecánica, absurda y vacía?

Darle un significado o sentido a nuestra vida es muy valioso pues, cuando somos fuertemente incentivados a existir por algo, pasamos de una simple supervivencia a una vida con propósito bien cimentada. Al darle un sentido a nuestra vida, nos aferramos a un ideal y esto nos conduce a ser agentes de cambio a nivel familiar y social.

 La palabra Ideal tiene varias definiciones, pero para éste efecto, utilizaré el que a continuación describo: “Aspiración a conseguir un objetivo o deseo” (RAE). Cuando asumimos un ideal, tenemos una meta y conseguimos un propósito por el cual trabajar arduamente. Hay quienes se esfuerzan enérgica y apasionadamente en realizar un sueño y esto los convierte en seres ejemplares, ejes motivadores a la superación individual y colectiva.

 Pongamos algunos ejemplos: los apóstoles le dieron sentido a sus vidas al dedicarse a la expansión del Evangelio,  aun  cuando  hacer esto les podría provocar la muerte. También, conocemos ecologistas que se dan por completo para lograr que la sociedad modifique sus malas prácticas contra la naturaleza y así tener un mejor futuro. Sumado a esto, encontramos pastores, sacerdotes, religiosas y personas de fe sin rangos eclesiásticos o seculares que se desgastan por una obra específica para llevar bendición a ciertos grupos vulnerados (Teresa de Calcuta y su misión). Vemos, por otro lado, madres, padres, empresarios, doctores, inventores, educadores, entre otros, que dedicaron y dedican sus vidas a trabajar valientemente en realizar ideales que al final operarán para bien de muchos otros y de esta manera, le dieron o le dan un sentido de excelencia a su existencia y hasta el día de hoy los recordamos o son admirados por sus significativos aportes.

 Si leemos el libro de Eclesiastés (en la Biblia) podemos ver que Salomón, siendo el hombre más sabio que existía sobre la tierra, llegó a la conclusión que “vivir solo por vivir” era algo absurdo, que necesitamos asignarle una razón de peso a nuestras vidas para ser constructivos, productivos, felices y realizados, de lo contrario, estaremos existiendo solo “porque sí” sin mayor motivación y sin ninguna dirección más que hacer una y otra vez lo mismo para “seguir vivos”.

La Biblia dice: “Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin. Yo he conocido que no hay para ellos cosa mejor que alegrarse, y hacer bien en su vida; y  también que es don de Dios que todo hombre coma y beba, y goce el bien de toda su labor.” Eclesiastés 3:11-13 RVR1960.

Tú puedes darle un sentido a tu vida y dejar una huella inolvidable en tu localidad; busca entre tus intereses y haz el bien adrede,  cada vez que puedas, donde sea que te encuentres, cada vez que se te presente la oportunidad. Involúcrate en actividades de bien social, usa tu fuerza, sabiduría e inteligencia en algún ideal productivo que construya y que genere cambio. Recuerda que:

 “El que busca la justicia y el amor inagotable encontrará vida, justicia y honor.” Proverbios 21:21 NTV. No caigas en el letargo de vivir “solo por vivir”, dale sentido a tu existencia y vuélvete una persona realmente feliz y satisfecha. Recuerda lo que dice la biblia: “Así que tengan cuidado de cómo viven. No vivan como necios sino como sabios. Saquen el mayor provecho de cada oportunidad en estos días malos.” Efesios 5:15- 16.

Según Albert Camus, Sísifo sufrió su eternidad subiendo a cuestas la roca de su castigo por una enorme montaña una y otra vez, sin sentido alguno, monótona y inutilmente. No permitas que tu vida se convierte en esa “roca”, que tengas que empujarla a diario, sin meta alguna a la cual llegar, porque eso sí sería un gran absurdo.

 

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