Redacción /Prensa Inamu

  • La culpa puede ser uno de los peores sentimientos por los que no se denuncia la violencia sexual.
  • Al escuchar historias parecidas o iguales, los recuerdos surgen y es por eso que, tras una denuncia de violencia sexual, es frecuente que otras se atrevan a romper el silencio.

Toda persona tiene derecho a una vida sin violencia y las mujeres no tienen por qué ser la excepción. Es un derecho que no se pierde ni al que renuncia una mujer por el hecho de estar en una relación, sea ésta doméstica o de cualquier otro tipo.

Según el Ministerio de Salud, la violencia en sus diversas manifestaciones ejercida fundamentalmente contra las mujeres, es un fenómeno que ha venido visibilizándose y denunciándose en nuestro país desde muy distintas iniciativas, ya sea a través de la promulgación de leyes especiales que sancionan la violencia ejercida contra ellas, tal como la Ley de Penalización de la Violencia contra las Mujeres, o bien, a través de distintas acciones lideradas por las instituciones que integran el Sistema Nacional para la Atención y Prevención de la Violencia contra las Mujeres y la Violencia Intrafamiliar.  En la Zona Sur; por ejemplo, según datos del Observatorio de Género del Poder Judicial,  un 9% de los casos penales corresponden a Violencia de Género.   Para las mujeres víctimas de violencia, es muy difícil tomar la decisión de denunciar; sin embargo, cuando se presenta un caso de denuncia, es muy posible que otras mujeres se animen a denunciar también. 

Vergüenza, negación, miedo a las consecuencias, intimidación, baja autoestima, falta de información, impotencia, desesperanza. Esas son las principales razones por las cuales una mujer no denuncia inmediatamente una situación de violencia sexual.

Para una mujer que haya sido víctima de violación, tocamientos, relación impropia, relación sexual abusiva o explotación sexual, narrar el suceso siempre será una situación muy difícil. Patricia Mora Castellanos, Ministra de la Condición de la Mujer y Presidenta Ejecutiva del INAMU, se refiere al tema, mediante comunicado de prensa de INAMU:

“No es que la mujer no quiera contar lo que le sucedió, es que tiene horror de lo que le puede pasar, de si le van a creer o de si la van a culpabilizar. La culpa puede ser uno de los peores sentimientos porque ella siempre va a tratar de revisar sus conductas o su vestimenta para saber si fue ella quien motivó la agresión, cuando en realidad lo que pasa es que estaba con un hombre que no tiene respeto por otras personas”

Generalmente, las situaciones de violencia sexual ocurren en sitios donde no hay testigos, por lo que la víctima siente miedo para expresar y comentar lo sucedido, se genera temor porque no le van a creer y porque tendría que narrar algo que podría ser vergonzoso o de burla.

Como en los otros tipos de violencia, se está en una situación donde es creerle a una mujer, o a un hombre con un nivel de poder muy alto. El agresor para mantener el control puede incluso realizar actos de presión o amenaza contra la víctima, llegando inclusive a provocar daños como despidos, cierre de oportunidades laborales, profesionales o académicas, también puede amenazarla con dañar a sus seres queridos.

“Las víctimas sienten vergüenza y miedo y se empiezan a cuestionar ¿cómo esto me pasó a mí?, ¿yo lo provoqué?, ¿hice algo para que me pasara? Es un sentimiento de vergüenza porque es una situación muy íntima, pero la realidad es que el que debe sentir vergüenza es el que ofende”, puntualizó Mora.

La ministra señaló que, antes situaciones traumáticas que afectan el desempeño diario, las personas usan como mecanismo de defensa el olvido, sin embargo, al escuchar historias parecidas o iguales, los recuerdos surgen y es por eso que, tras una denuncia de violencia sexual, es frecuente que otras se atrevan a romper el silencio.

Páginas consultadas:

https://www.ministeriodesalud.go.cr/index.php/vigilancia-de-la-salud/indicadores-de-salud-boletines/indicadores-de-genero-y

LA VIOLENCIA SEXUAL NO ES CULPA DE LAS VÍCTIMAS

2 marzo, 2019 10:39 am

Redacción /Prensa Inamu

  • La culpa puede ser uno de los peores sentimientos por los que no se denuncia la violencia sexual.
  • Al escuchar historias parecidas o iguales, los recuerdos surgen y es por eso que, tras una denuncia de violencia sexual, es frecuente que otras se atrevan a romper el silencio.

Toda persona tiene derecho a una vida sin violencia y las mujeres no tienen por qué ser la excepción. Es un derecho que no se pierde ni al que renuncia una mujer por el hecho de estar en una relación, sea ésta doméstica o de cualquier otro tipo.

Según el Ministerio de Salud, la violencia en sus diversas manifestaciones ejercida fundamentalmente contra las mujeres, es un fenómeno que ha venido visibilizándose y denunciándose en nuestro país desde muy distintas iniciativas, ya sea a través de la promulgación de leyes especiales que sancionan la violencia ejercida contra ellas, tal como la Ley de Penalización de la Violencia contra las Mujeres, o bien, a través de distintas acciones lideradas por las instituciones que integran el Sistema Nacional para la Atención y Prevención de la Violencia contra las Mujeres y la Violencia Intrafamiliar.  En la Zona Sur; por ejemplo, según datos del Observatorio de Género del Poder Judicial,  un 9% de los casos penales corresponden a Violencia de Género.   Para las mujeres víctimas de violencia, es muy difícil tomar la decisión de denunciar; sin embargo, cuando se presenta un caso de denuncia, es muy posible que otras mujeres se animen a denunciar también. 

Vergüenza, negación, miedo a las consecuencias, intimidación, baja autoestima, falta de información, impotencia, desesperanza. Esas son las principales razones por las cuales una mujer no denuncia inmediatamente una situación de violencia sexual.

Para una mujer que haya sido víctima de violación, tocamientos, relación impropia, relación sexual abusiva o explotación sexual, narrar el suceso siempre será una situación muy difícil. Patricia Mora Castellanos, Ministra de la Condición de la Mujer y Presidenta Ejecutiva del INAMU, se refiere al tema, mediante comunicado de prensa de INAMU:

“No es que la mujer no quiera contar lo que le sucedió, es que tiene horror de lo que le puede pasar, de si le van a creer o de si la van a culpabilizar. La culpa puede ser uno de los peores sentimientos porque ella siempre va a tratar de revisar sus conductas o su vestimenta para saber si fue ella quien motivó la agresión, cuando en realidad lo que pasa es que estaba con un hombre que no tiene respeto por otras personas”

Generalmente, las situaciones de violencia sexual ocurren en sitios donde no hay testigos, por lo que la víctima siente miedo para expresar y comentar lo sucedido, se genera temor porque no le van a creer y porque tendría que narrar algo que podría ser vergonzoso o de burla.

Como en los otros tipos de violencia, se está en una situación donde es creerle a una mujer, o a un hombre con un nivel de poder muy alto. El agresor para mantener el control puede incluso realizar actos de presión o amenaza contra la víctima, llegando inclusive a provocar daños como despidos, cierre de oportunidades laborales, profesionales o académicas, también puede amenazarla con dañar a sus seres queridos.

“Las víctimas sienten vergüenza y miedo y se empiezan a cuestionar ¿cómo esto me pasó a mí?, ¿yo lo provoqué?, ¿hice algo para que me pasara? Es un sentimiento de vergüenza porque es una situación muy íntima, pero la realidad es que el que debe sentir vergüenza es el que ofende”, puntualizó Mora.

La ministra señaló que, antes situaciones traumáticas que afectan el desempeño diario, las personas usan como mecanismo de defensa el olvido, sin embargo, al escuchar historias parecidas o iguales, los recuerdos surgen y es por eso que, tras una denuncia de violencia sexual, es frecuente que otras se atrevan a romper el silencio.

Páginas consultadas:

https://www.ministeriodesalud.go.cr/index.php/vigilancia-de-la-salud/indicadores-de-salud-boletines/indicadores-de-genero-y

Alina Cordero
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