LA LEYENDA SOBRE EL TESORO DE LAS MINAS DE CUAN

Recopilación original de Uriel Rojas R.
En la parte intermedia de la quebrada Cuan, la cual sirve de afluente al río Grande de Térraba, existe una cueva la cual, según la leyenda indígena teribe, contiene en sus adentros una mina de oro. Son tres barras de oro –cuentan los mayores- que están ahí. En los tiempos antiguos, los indios térrabas utilizaban esa mina que estaba muy cerca de esta quebrada. Según la memoria oral de los mayores de esta comunidad, esta era una cueva enorme cuya puerta superaba los cinco metros de alto. Adentro había tres barras de oro de las cuales los indígenas utilizaban según fuese su necesidad.
En sus alrededores había una fila de piedras que era señal de proximidad a la mina de Cuan. Subiendo por el curso de la quebrada está a la izquierda, donde hay tres palmeras. Ahí es la entrada a la mina. Está protegido por un encanto, que hace que la persona no encuentre el lugar en donde está la entrada, la cual luce tapada por un deslizamiento que hubo en el pasado, e hizo que unos espaveles cayeran sobre la entrada de la mina y junto a la cantidad de tierra tapara todo. Es una mina que usaron los mayores.
Está a tres kilómetros subiendo por el cauce de la quebrada Cuan, que sirve de afluente al Río Grande Térraba. Su desembocadura entre Macho Monte y Paso Real. Su puerta tenía cinco metros de alto, y no se sabe cuánto de profundo, pero actualmente está cerrada su entrada, fue aterrado por unos espaveles y derrumbes y cuenta con un protector que vigila el tesoro que encierra en sus entrañas, allá algo cerca del antiguo Guadalupe. Fue conocido por mayores como Teófila, Francisco Nájera, Sotero Carrera entre otros. Entre los espantos se menciona el toro pintado que salía por las noches.
El nombre de esta mina se debe a la quebrada Cuán que nace cerca de la comunidad de Bolas de Buenos Aires y desemboca en el Río Grande Térraba frente a Bajos Murciélago.