CÁMARAS TRAMPA

Conociendo Nuestra Fauna
“Dios mío”, exclamé a nadie en particular. “Absolutamente increíble”. Dos compañeras de trabajo que estaban en la oficina y escucharon mi exclamación se apresuraron a ver por qué estaba tan emocionado. Reinicié el video de 15 segundos para que todos pudieran verlo. Un puma adulto vino caminando directamente hacia la cámara, era de noche y sus ojos brillaban por la iluminación infrarroja. Parecía que estaba acechando a la cámara. En el último momento, el gran carnívoro giró a la derecha y salió del campo de visión. Fue un día muy emocionante. La presencia de grandes carnívoros en el Refugio Nacional de Vida Silvestre Hacienda Barú fue un claro indicio de un ecosistema saludable. Desde ese primer video en diciembre de 2012, hemos capturado más de 150 fotos y videos de pumas en ocho lugares diferentes dentro del refugio.
Las cámaras trampa han existido desde hace más de 35 años. El costo de las primeras era de varios miles de dólares cada una y pocos investigadores podían darse el lujo de usarlas. El nombre “cámara trampa” tiene su origen en que no captura animales, como una trampa tradicional, sino captura solamente una imagen del animal. Las primeras usaban película y para activar la cámara el animal tenía que mover un hilo con sus pies cuando pasaba cerca. La entrada de la era digital trajo un cambio revolucionario a todas clases de cámaras inclusive las cámaras trampa. Hoy en día casi todas son activadas por los rayos infrarrojos que emiten los animales y aves de sangre caliente. También con el avance de la tecnología los costos han bajado hasta una fracción de las primeras cámaras trampa. Hoy en día los precios oscilan entre 300 dólares y menos de 50 dólares. Las cámaras trampa ya están accesibles a cualquier amante de la naturaleza. He probado algunas que valen apenas $40 cada una, funcionan bien y la calidad de las fotos es excelente. Las fotos se almacenan en una tarjeta de memoria SD que guarda miles de fotos o videos y tiene un costo razonable.
Las cámaras trampa se utilizan a menudo en la investigación científica. Por ejemplo, los investigadores que han trabajado en Hacienda Barú las han utilizado para estudiar el comportamiento animal, la diversidad y frecuencia de especies de mamíferos y para monitorear los lugares donde los animales cruzan la carretera a través de pasos subterráneos y aéreos. La Asociación Amigos de la Naturaleza del Pacifico Central y Sur (ASANA), las ha utilizado y las sigue usando para determinar la frecuencia y el nivel de diversidad de las especies de fauna a lo largo del Corredor Biológico Paso de la Danta (PTBC) y otras zonas aledañas. Hay organizaciones e investigadores que ponen cámaras trampa en todas partes del país. Hace 10 años las cámaras trampa facilitaron el descubrimiento de un mamífero nuevo en Costa Rica, el perro de monte, también conocido como el perro vinagre. Durante muchos años había avistamientos no confirmados, pero no había certeza hasta que un investigador capturó fotos de estos animales elusivos con una cámara trampa. Dos años después otro investigador capturo fotos del perro vinagre en otro lugar, así confirmando la presencia de estos mamíferos en territorio nacional.
Mi primera cámara trampa tenía un flash para fotos nocturnas. Captaba bien las fotos, pero se asustaron los animales. Si un saíno, por ejemplo, pasa por la cámara una noche y se lleva un susto por la luz brillante que destella desde la pura obscuridad, difícilmente pasa una segunda vez por el mismo lugar. Las cámaras más modernas toman fotos nocturnas con un flash infrarrojo que es invisible para los animales. Así no se dan cuenta de la existencia de la cámara y siguen pasando por la misma ruta.
Aparte del uso científico, las cámaras trampa son divertidas. Si vive cerca de un bosque tropical y coloca unas cámaras trampa cerca de su casa es casi seguro que se va a llevar una sorpresa cuando vea las fotos y videos de animales cerca de su hogar.
By Jack Ewing