El rechazo social y sus efectos.

¿Cuántas veces en la vida te han rechazado? Estoy segura que no llevas la cuenta ya que en todos los ámbitos y épocas de la vida nos rechazan eventualmente, como en un trabajo, en una relación sentimental, por nuestros padres, en concursos, solicitando préstamos bancarios, etc.
Algunos de esos rechazos no tienen mayor relevancia para nosotros, pero otros han sido tan importantes que llegan a generarnos angustia, ansiedad, sueños recurrentes, estrés, enojo, depresión, incluso traumas profundos y pérdida de identidad.
El rechazo implica la privación de una necesidad básica que todo ser humano tiene: la necesidad de pertenecer a un grupo y será aceptado.
Cuando éste se sufre en la infancia, puede llegar a desarrollar en el individuo inestabilidad emocional y baja autoestima, sin mencionar una fuerte dificultad para relacionarse socialmente por lo que el desarrollo de la inteligencia interpersonal (capacidad de relacionarnos con los demás) y la empatía se ven fuertemente deterioradas.
Además, la inteligencia intrapersonal (habilidad de hacer introspección y validarnos) se afectan ya que al tener una percepción equivocada de nosotros, se nos imposibilita escudriñarnos objetivamente pues por lo general, las voces de quienes nos rechazaron resuenan en nuestro interior insistentemente hasta que lo creemos.
El rechazo se presenta en cuatro etapas:
- Sucede el o los acontecimientos de rechazo que nos afectan.
- Insistimos en pensar que no merecemos amor y solo merecemos ser rechazados.
- Nos apropiamos de esos pensamientos y dejamos que estos controlen nuestros sentimientos.
- Reaccionamos a esos sentimientos de una u otra forma:
* intentando complacer a otros para ser aceptados.
*Rechazando a otros tal como lo hicieron con nosotros.
¿Cómo reconocemos si el rechazo ha afectado nuestra vida?
Las personas dañadas por este mal, suelen presentar ciertas características conductuales:
- Buscan fervientemente ser aceptados por personas que son importantes para ellos como sus padres, amigos, parejas, jefes, etc. Esta característica suele ser aprovechada por los agresores para utilizarlos y explotar su servilismo.
- Se toman muy a pecho lo que se les dice sobre ellos enfocándolo en sus propios sentimientos.
- Si la gente se reúne a conversar, tienen la sensación de que siempre están hablando mal de ellos.
- Manifiestan más temores y preocupaciones de lo normal.
- Hacen un constante autoanálisis buscando sus errores.
- Suelen conmiserarse.
- Se sienten culpables de todo, sea algo real o ficticio y la auto condenación es constante en ellos.
- Pueden llegar a ser personas irresponsables e indisciplinadas porque toman una postura de que nada les importa.
- Cuando encuentran a alguien que les acepta, se aferran fuertemente a esa persona, incluso de manera obsesiva.
- Son perfeccionistas, creen que así serán aceptados.
- Les cuesta mucho encontrarle sentido a la vida.
- Se les dificulta expresar lo que sienten y suelen aislarse.
- Suelen ser pesimistas.
- Se les dificulta respetar la autoridad y se revelan con facilidad.
- Tienen sentimientos ambivalentes entre el amor y el odio.
- Se les dificulta expresar amor, máxime si implica contacto físico.
- Desconfían de todos y de las intenciones de la gente.
- Se comportan hostiles cuando se les llama la atención o no se está de acuerdo con ellos porque se sienten rechazados, no ven la conversación como una simple diferencia de opiniones sino como un ataque a su persona.
- Edifican muros de autoprotección contra la gente.
- Critican y juzgan constantemente a los demás.
- Pueden comportarse agresivos física, emocional y psicológicamente con otros ya sea por autodefensa o para castigar a otros al sentirse ellos mismos rechazados.
- Rechazan a quienes tienen algún parecido con ellos, ya sea nivel físico o en personalidad.
- Les dicen a otros sólo lo que ellos quieren oír para ser aceptados y que estos no se enojen.
- El que se siente rechazado rechaza automáticamente.
¿Cómo superamos el rechazo?
Para superar el rechazo necesitamos realizar un trabajo constante y comprometido con nosotros mismos, incluso, de ser necesario, buscar ayuda psicológica.
Una cosa es ser rechazado y otra es sentirnos rechazados, por lo que debemos estar constantemente depurando nuestros pensamientos para que no se generen sentimientos y conductas relacionadas al rechazo.
Algunas pautas a realizar son:
- Sé tú mismo(a) sin buscar la aceptación de nadie más que de Dios (si practicas algún credo religioso) y de ti. Toma todos tus valores morales y comienza a reconstruir tu identidad, determina con paciencia lo que te gusta y lo que no te gusta, lo que crees y no crees y marca una hoja de ruta para tu vida.
- Debemos ver el rechazo como eventos circunstanciales, no como la finalidad de nuestra vida y cambiar esa concepción.
- Define con claridad cuál culpa es ficticia y cuál es real y desecha esas culpas irreales que has cargado por años.
- Incentívate a ti mismo a amar Intencionalmente sabiendo que puede haber rechazo pero que esto no te hará desistir de intentarlo. Los abrazos y gestos de cariño mejoran nuestra estabilidad emocional, incluso benefician biológicamente nuestro organismo.
- Identifica la diferencia entre ser servicial y ser servil. El servilismo busca aceptación y promueve el abuso hacia quien sirve, el ser servicial es una hermosa cualidad del ser humano y se practica por amor al prójimo.
- Aprende a decir no respetuosamente sin temor a la reacción de los demás. Aunque digas que sí a todo, eso no te garantizará que serás aceptado, solo generará que los demás se aprovechen de ti.
- Ten en cuenta que quien rechaza fue rechazado y está herido profundamente. Cada quien carga con su situación y reacciona en función a ella.
Trabaja fuertemente en tu corazón y toma la decisión de una vez por todas de no permitirle al rechazo liderar tu vida. El rechazo es lo contrario al amor y recuerda lo que dice puntualmente la biblia con respecto a esto en 1 Corintios 16:14. “Hagan todo con amor” y en Colosenses 3:14. “Por encima de todo, vístanse de amor que es el vínculo perfecto”.
Por Grethel Quesada Quesada