El 24 de enero del 2020 el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) contabilizaba más de 427 denuncias por maltrato animal, desde que se aprobó la Ley de Bienestar Animal en 2017 y en febrero de este año condenaron a la primera persona por delitos de crueldad animal.

Esta ley establece que la pena por los cargos de causar daño a un animal doméstico o domesticado. También por ocasionar debilitamiento, pérdida de algún sentido, de un órgano o miembro, por causar, sufrimiento o agonía prolongada, realizar actos sexuales con animales, practicar vivisección de animales con fines no investigativos, es de 3 meses a un año de prisión.

Se multará con un monto entre ¢106.550 y ¢213.000 a quienes promuevan peleas entre animales, críen o adiestren animales para aumentar su peligrosidad y también a quienes no cumplan con las condiciones básicas para el bienestar de los animales, además se sancionará con 20 a 50 días conmutables por cárcel por maltrato animal y por abandonar animales domésticos por sus propios medios

Sin embargo, la crueldad animal no se ha visto reducida en el país. Las autoridades encargadas de hacer cumplir esta ley son el Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa) y el Organismo de Investigación Judicial (OIJ). No obstante, ambas instituciones han manifestado la falta de recursos que tienen para cumplir sus funciones.

Teresita Quesada, es vecina de Pejibaye de Pérez Zeledón y expone el caso de una perrita callejera, a la que ella alimentaba casi siempre y que un día amaneció muerta, a la orilla de la carretera.

“Negra era una perra callejera, cuando yo la conocí vivía en todas las casas. Casi todos los lunes, de madrugada me la topaba con un peón de finca. Un día de tantos, llegó a la casa, luego se fue y llegaba de vez en cuando. Yo la alimenté hasta que se quedó, pero siempre iba y venía, ella era así. Un día no la encontré y en la noche me avisaron que estaba muerta”

Los hechos sucedieron el pasado mes de agosto. A Negra la envenenaron y amaneció tirada en el caño, según Doña Teresita, los vecinos dijeron que agonizó durante cinco minutos antes de morir, pues el veneno era “muy fuerte”.

Perrita después de ser envenenada

La crueldad animal se considera un delito en Costa Rica desde 2017, pero no parece haber hecho tanto efecto en la población, pues casos como el de Negra pasan día con día en el país, y a pesar de que las autoridades responsables no tienen presupuesto suficiente ni instalaciones adecuadas, la población costarricense debe hacer consciencia al respecto.

Respetar y cuidar a los animales es responsabilidad de todos, porque ellos merecen una buena calidad de vida, denunciar el maltrato a las entidades correspondientes es parte de esta responsabilidad.

Ellos también merecen respeto y libertad

4 octubre, 2020 11:20 am

El 24 de enero del 2020 el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) contabilizaba más de 427 denuncias por maltrato animal, desde que se aprobó la Ley de Bienestar Animal en 2017 y en febrero de este año condenaron a la primera persona por delitos de crueldad animal.

Esta ley establece que la pena por los cargos de causar daño a un animal doméstico o domesticado. También por ocasionar debilitamiento, pérdida de algún sentido, de un órgano o miembro, por causar, sufrimiento o agonía prolongada, realizar actos sexuales con animales, practicar vivisección de animales con fines no investigativos, es de 3 meses a un año de prisión.

Se multará con un monto entre ¢106.550 y ¢213.000 a quienes promuevan peleas entre animales, críen o adiestren animales para aumentar su peligrosidad y también a quienes no cumplan con las condiciones básicas para el bienestar de los animales, además se sancionará con 20 a 50 días conmutables por cárcel por maltrato animal y por abandonar animales domésticos por sus propios medios

Sin embargo, la crueldad animal no se ha visto reducida en el país. Las autoridades encargadas de hacer cumplir esta ley son el Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa) y el Organismo de Investigación Judicial (OIJ). No obstante, ambas instituciones han manifestado la falta de recursos que tienen para cumplir sus funciones.

Teresita Quesada, es vecina de Pejibaye de Pérez Zeledón y expone el caso de una perrita callejera, a la que ella alimentaba casi siempre y que un día amaneció muerta, a la orilla de la carretera.

“Negra era una perra callejera, cuando yo la conocí vivía en todas las casas. Casi todos los lunes, de madrugada me la topaba con un peón de finca. Un día de tantos, llegó a la casa, luego se fue y llegaba de vez en cuando. Yo la alimenté hasta que se quedó, pero siempre iba y venía, ella era así. Un día no la encontré y en la noche me avisaron que estaba muerta”

Los hechos sucedieron el pasado mes de agosto. A Negra la envenenaron y amaneció tirada en el caño, según Doña Teresita, los vecinos dijeron que agonizó durante cinco minutos antes de morir, pues el veneno era “muy fuerte”.

Perrita después de ser envenenada

La crueldad animal se considera un delito en Costa Rica desde 2017, pero no parece haber hecho tanto efecto en la población, pues casos como el de Negra pasan día con día en el país, y a pesar de que las autoridades responsables no tienen presupuesto suficiente ni instalaciones adecuadas, la población costarricense debe hacer consciencia al respecto.

Respetar y cuidar a los animales es responsabilidad de todos, porque ellos merecen una buena calidad de vida, denunciar el maltrato a las entidades correspondientes es parte de esta responsabilidad.