No le temas a las canas


Pastora Grethel Quesada Quesada grethelquesadaq@hotmail.com
Envejecer es parte natural del proceso de la vida, sin embargo eso no lo hace menos temible.
El temor a envejecer sostiene por mucho la industria cosmética, la de la moda, el negocio de las cirugías estéticas y demás otras empresas que comercializan la belleza y la eterna juventud.
Todos tenemos cierto miedo a envejecer pero, en casos más extremos, algunos sufren lo que psicológicamente se llama Gerascofobia, que es un miedo irracional a volverse anciano y que provoca una serie de síntomas ansiosos como falta de aire, taquicardia, náuseas, temblores, aislamiento social, entre otros (psicologíaymente.com) y esto hace que quien lo padece pierda calidad de vida.
Llega el momento donde toda persona siente que la juventud se le escapó de entre las manos. Algunos a los 30, otros a los 40 o a los 50; pero indistintamente la hora en la que caigamos en razón de que la primavera de la vida se va convirtiendo en otoño, debemos tener presente que, aunque nuestro exterior se va deteriorando, depende de nosotros qué tan acabados nos queremos sentir. La vida tiene muchas etapas y cada una hay que vivirla con responsabilidad, intensidad y gozo. Es común que ciertas personas cuando llegan a estar cerca de la edad madura, empiecen a hacer cosas que solían realizar en su juventud, se comportan, visten, actúan y hasta hablan como solían hacerlo en la adolescencia. De forma inconsciente intentan retroceder el tiempo, negarse a la realidad que viven y volver a sentir la frescura y las sensaciones juveniles que tanto disfrutaban.
La Biblia dice: “Nunca digas: ¿Cuál es la causa de que los tiempos pasados fueron mejores que estos? Porque nunca de esto preguntarás con sabiduría.” Eclesiastés 7:10 RVR1960.
Es inevitable que envejezcamos pero sí es evitable que caigamos en un deterioro emocional y espiritual que envejezca nuestro ser interior, para esto requerimos herramientas que nos ayuden a sobrellevar esta nueva realidad.
Realizar una correcta elaboración de mi etapa de vida conlleva ciertos pasos:
1. Aceptar mi edad y decidir amarla.
2. Hacer un inventario objetivo de nuestros recursos como salud, trabajo, capacidades, aptitudes, etc.
3. Aceptar honestamente mis limitaciones. Por ejemplo, si tengo un serio problema en mis rodillas, debo entender que no es adecuado que entrene extenuantemente para una maratón o para escalar alguna montaña pues puede perjudicarme.
4. Realizar una lista de proyectos a largo mediano y corto plazo que coincidan con mis condiciones actuales.
5. Realizar un proyecto a la vez, siguiendo una lista de pasos para alcanzar dicha meta y poder, con pasitos pequeños, ir poco a poco avanzando hacia el objetivo.
6. Celebrar en grande cada logro obtenido, no importa si parecen insignificantes o monumentales, ¡Celebra todos tus logros!
La biblia dice: “por tanto no desmayamos antes aunque éste nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva día con día.” 2 Corintios 4:16.
Retroceder el tiempo no es una solución sensata a la vejez, al contrario, es avanzar en la vida con dignidad y productividad, entendiendo que cada etapa debe ser vivida de manera exitosa, digna y provechosa. La muerte llega seamos niños, jóvenes, adultos o viejos, quienes llegan a su edad de oro son privilegiados, regocijarse de ese don es actuar en sabiduría. Así como lo dice la biblia “Corona de honra es la vejez que se halla en el camino de justicia.” Proverbios 16:31 RVR196