Recopilación de  Mario Jiménez Amador Miembro Junta del PANI de Golfito

La prostitución infantil es una realidad social y un delito consistente en la realización de actos sexuales entre un menor de edad y otra persona mayor edad a cambio de bienes materiales, económicos o de cualquier otro beneficio; suele abundar en países pobres y en sub-desarrollo. Investigaciones llevadas en la Universidad de Guadalajara demostraron que, en México, la prostitución infantil es un grave problema del cual no se escucha mucho, un sin número de mafias están detrás del “negocio”. Los consumidores, generalmente, son países ricos y los proveedores son países pobres. Hay muchos factores que obligan a los menores de edad a prostituirse: necesidades económicas en el hogar, la huida de casa y la búsqueda de auto sustento, la drogadicción, la explotación por parte de un proxeneta, entre otros.

Otro tipo  de prostitución infantil, que poco se conoce, es la explotación infantil vía internet,  dentro de la llamada Internet profunda o Deep Web en inglés. Dichos sitios están codificados y protegidos para no ser identificados en ningún buscador. Las  redes de corrupción de menores toman miles de fotografías y son utilizados para la producción de vídeos sexuales, que serán vendidas de particular a particular o mediante catálogo y casi siempre en países distintos al de procedencia para evitar su posible identificación.

La explotación sexual, especialmente la prostitución, es comparable a la tortura en cuanto al trauma causado al niño y constituye una de las formas más graves de conculcar sus derechos; este mal está en aumento a escala mundial y constituye un sector rentable que produce anualmente beneficios netos por un monto de 5.000 millones de dólares.

Realidad Mundial

Las cifras siempre son frías e impersonales, pero nos permiten hacernos una idea global sobre aquello a lo que nos estamos enfrentando:  

 Sólo en la India entre 270.000 y 400.000 menores están siendo prostituidos en estos momentos, y cada año 3.000 niñas indias son obligadas a prostituirse por primera vez.  En Tailandia la situación afecta a 80.000 menores, de las cuales 60.000 no alcanzan los 13 años de edad.

En Indonesia el 20% de las mujeres explotadas sexualmente son menores de edad. La  mayoría de los niños y niñas explotados terminan muriendo de SIDA, tuberculosis u otras enfermedades como consecuencia de las relaciones que son obligadas a mantener. En las grandes potencias mundiales como Estados Unidos y Canadá se prostituye en la actualidad a cerca de 100.000 menores (20.000 en la ciudad de Nueva York). Al menos otros 100.000 son explotados en la “industria” de la pornografía infantil.

 En Panamá, Madame Thonya cuenta con casi 50 mujeres trabajando para su negocio. Muchas de ellas son las llamadas peladitas, niñas de 13, 14 y 15 años, presas fáciles para explotarlas en la prostitución. Thonya es quien lidera el mercado, tiene los clientes más influyentes y su nombre es respetado por todos.

Cada año se producen más de 600 millones de viajes turísticos internacionales. Un 20% de los viajeros reconoce buscar sexo en sus desplazamientos, de los cuales un 3% confiesa tendencias pedófilas; esto supone más de 3 millones de personas.

Más del 30% de los consumidores de pornografía infantil terminan poniendo en práctica lo que ve en las revistas e intenta plasmarlo en fotos o en vídeo. 5 mil millones de dólares mueven el turismo sexual infantil por año.

En Costa Rica

La explotación sexual comercial de menores o prostitución infantil sigue en las calles y más bien cambia de rostro para burlar a quienes tratan de frenar este flagelo social en Costa Rica.

Datos de la Alianza por tus Derechos, organización defensora de la niñez, confirman que ahora el negocio es más solapado aunque sigue satisfaciendo la demanda de adultos de todas partes sedientos de disfrutar de un cuerpo, hacer una película o tomar fotos de un niño o una niña en este país centroamericano.

La directora de esa agrupación, Rocío Rodríguez, precisó que los principales centros de operaciones de los proxenetas y pedófilos se concentran mayoritariamente en las zonas fronterizas y las costas.

Estas redes explotan sobre manera la producción de pornografía infantil, con infantes costarricenses de ambos sexos. Puntarenas, Guanacaste y Limón destacan por la multiplicidad de casos, tanto de explotación sexual comercial como de pornografía, que envuelven cada año a miles de menores de edad.

“Se está produciendo gran cantidad de pornografía infantil con estas víctimas, justamente estamos tramitando en la Asamblea Legislativa un cambio en la legislación costarricense sobre pornografía infantil porque las penas no están acorde con el delito que se está cometiendo”, enfatizó Rodríguez.

El problema es que los delitos no están bien tipificados y por ello sólo sale con condenas una denuncia de cada 10 que entran al sistema judicial.

Diputados miembros de la Comisión de Niñez, Juventud y Adolescencia de la Asamblea Legislativa participaron en un proceso de audiencias con diferentes agrupaciones y expertos para analizar la temática, conocer un poco más de sus causas, implicaciones y de la legislación al respecto.

“El tema de la pornografía infantil es verdaderamente abrumante”, concluyó la directora de la comisión, la parlamentaria socialcristiana Gloria Bejarano.

La congresista relató que cuando una de las organizaciones presentó imágenes de cuanto representaba la pornografía infantil, algunos diputados llegaron incluso a pedir dejar de exponerlas, ante tanto horror.

En su opinión, la problemática alcanza mayor complejidad en un mundo globalizado, marcado por el amplio acceso a las tecnologías de la información y la comunicación, y a otras favorecedoras de la producción de materiales audiovisuales de todo tipo.

Esto obliga a los legisladores a profundizar mucho más en el conocimiento de las leyes y convenios internacionales vigentes acerca de la materia y a procurar la conformación de una estrategia efectiva contra el flagelo.

Entre las posibilidades de castigar a los culpables está la de penalizar el re-envío de este material y la incitación a la producción de pornografía infantil por medio de caricaturas que hagan alusión al asunto.

Denuncias de quienes velan por la situación de la niñez demuestran que el turismo sexual y la explotación de menores, así como la pornografía, crecieron de modo paralelo al boom turístico en el país, promocionado como uno de los principales destinos ecológicos de América Latina.

Esta actividad devino en la última década uno de los principales motores de la economía de Costa Rica, que recibe un promedio anual de casi dos millones de visitantes, de acuerdo con la Cámara Nacional de Turismo.

La legislación costarricense castiga la producción, comercialización y distribución de material pornográfico en el que figuren menores, pero no penaliza la tenencia de dicho material.

“¡Qué vergüenza y cuánta tristeza producen los reportajes sobre la prostitución infantil en Costa Rica! Algunos forasteros nos han preguntado si el gobierno tico conoce sobre esta situación o no le importa que suceda. La respuesta es desconocida”, señala un artículo publicado por www.ticopage.com  En ese artículo se comenta que hay quienes culpan al sistema jurídico por la existencia de los explotadores del futuro del país y que corresponde al gobierno resolver el problema, en tanto otros cuestionan a la religión o a la educación institucional.

El Código de Familia, por su parte, atribuye a los padres la responsabilidad de la guarda, crianza y educación de los menores, como si el mal de la prostitución infantil tuviera su cimiento en el hogar.

Pero más allá de las culpas, lo que valdría es coordinar de una buena vez estrategias de enseñanza y familiares, paralelo a la adopción de medidas orientadas a aliviar la ascendente pobreza en el país y las calamidades sociales, insisten pedagogos y activistas sociales.

Prostitución Infantil, sigue en las calles de Costa Rica…

17 octubre, 2018 8:19 pm

Recopilación de  Mario Jiménez Amador Miembro Junta del PANI de Golfito

La prostitución infantil es una realidad social y un delito consistente en la realización de actos sexuales entre un menor de edad y otra persona mayor edad a cambio de bienes materiales, económicos o de cualquier otro beneficio; suele abundar en países pobres y en sub-desarrollo. Investigaciones llevadas en la Universidad de Guadalajara demostraron que, en México, la prostitución infantil es un grave problema del cual no se escucha mucho, un sin número de mafias están detrás del “negocio”. Los consumidores, generalmente, son países ricos y los proveedores son países pobres. Hay muchos factores que obligan a los menores de edad a prostituirse: necesidades económicas en el hogar, la huida de casa y la búsqueda de auto sustento, la drogadicción, la explotación por parte de un proxeneta, entre otros.

Otro tipo  de prostitución infantil, que poco se conoce, es la explotación infantil vía internet,  dentro de la llamada Internet profunda o Deep Web en inglés. Dichos sitios están codificados y protegidos para no ser identificados en ningún buscador. Las  redes de corrupción de menores toman miles de fotografías y son utilizados para la producción de vídeos sexuales, que serán vendidas de particular a particular o mediante catálogo y casi siempre en países distintos al de procedencia para evitar su posible identificación.

La explotación sexual, especialmente la prostitución, es comparable a la tortura en cuanto al trauma causado al niño y constituye una de las formas más graves de conculcar sus derechos; este mal está en aumento a escala mundial y constituye un sector rentable que produce anualmente beneficios netos por un monto de 5.000 millones de dólares.

Realidad Mundial

Las cifras siempre son frías e impersonales, pero nos permiten hacernos una idea global sobre aquello a lo que nos estamos enfrentando:  

 Sólo en la India entre 270.000 y 400.000 menores están siendo prostituidos en estos momentos, y cada año 3.000 niñas indias son obligadas a prostituirse por primera vez.  En Tailandia la situación afecta a 80.000 menores, de las cuales 60.000 no alcanzan los 13 años de edad.

En Indonesia el 20% de las mujeres explotadas sexualmente son menores de edad. La  mayoría de los niños y niñas explotados terminan muriendo de SIDA, tuberculosis u otras enfermedades como consecuencia de las relaciones que son obligadas a mantener. En las grandes potencias mundiales como Estados Unidos y Canadá se prostituye en la actualidad a cerca de 100.000 menores (20.000 en la ciudad de Nueva York). Al menos otros 100.000 son explotados en la “industria” de la pornografía infantil.

 En Panamá, Madame Thonya cuenta con casi 50 mujeres trabajando para su negocio. Muchas de ellas son las llamadas peladitas, niñas de 13, 14 y 15 años, presas fáciles para explotarlas en la prostitución. Thonya es quien lidera el mercado, tiene los clientes más influyentes y su nombre es respetado por todos.

Cada año se producen más de 600 millones de viajes turísticos internacionales. Un 20% de los viajeros reconoce buscar sexo en sus desplazamientos, de los cuales un 3% confiesa tendencias pedófilas; esto supone más de 3 millones de personas.

Más del 30% de los consumidores de pornografía infantil terminan poniendo en práctica lo que ve en las revistas e intenta plasmarlo en fotos o en vídeo. 5 mil millones de dólares mueven el turismo sexual infantil por año.

En Costa Rica

La explotación sexual comercial de menores o prostitución infantil sigue en las calles y más bien cambia de rostro para burlar a quienes tratan de frenar este flagelo social en Costa Rica.

Datos de la Alianza por tus Derechos, organización defensora de la niñez, confirman que ahora el negocio es más solapado aunque sigue satisfaciendo la demanda de adultos de todas partes sedientos de disfrutar de un cuerpo, hacer una película o tomar fotos de un niño o una niña en este país centroamericano.

La directora de esa agrupación, Rocío Rodríguez, precisó que los principales centros de operaciones de los proxenetas y pedófilos se concentran mayoritariamente en las zonas fronterizas y las costas.

Estas redes explotan sobre manera la producción de pornografía infantil, con infantes costarricenses de ambos sexos. Puntarenas, Guanacaste y Limón destacan por la multiplicidad de casos, tanto de explotación sexual comercial como de pornografía, que envuelven cada año a miles de menores de edad.

“Se está produciendo gran cantidad de pornografía infantil con estas víctimas, justamente estamos tramitando en la Asamblea Legislativa un cambio en la legislación costarricense sobre pornografía infantil porque las penas no están acorde con el delito que se está cometiendo”, enfatizó Rodríguez.

El problema es que los delitos no están bien tipificados y por ello sólo sale con condenas una denuncia de cada 10 que entran al sistema judicial.

Diputados miembros de la Comisión de Niñez, Juventud y Adolescencia de la Asamblea Legislativa participaron en un proceso de audiencias con diferentes agrupaciones y expertos para analizar la temática, conocer un poco más de sus causas, implicaciones y de la legislación al respecto.

“El tema de la pornografía infantil es verdaderamente abrumante”, concluyó la directora de la comisión, la parlamentaria socialcristiana Gloria Bejarano.

La congresista relató que cuando una de las organizaciones presentó imágenes de cuanto representaba la pornografía infantil, algunos diputados llegaron incluso a pedir dejar de exponerlas, ante tanto horror.

En su opinión, la problemática alcanza mayor complejidad en un mundo globalizado, marcado por el amplio acceso a las tecnologías de la información y la comunicación, y a otras favorecedoras de la producción de materiales audiovisuales de todo tipo.

Esto obliga a los legisladores a profundizar mucho más en el conocimiento de las leyes y convenios internacionales vigentes acerca de la materia y a procurar la conformación de una estrategia efectiva contra el flagelo.

Entre las posibilidades de castigar a los culpables está la de penalizar el re-envío de este material y la incitación a la producción de pornografía infantil por medio de caricaturas que hagan alusión al asunto.

Denuncias de quienes velan por la situación de la niñez demuestran que el turismo sexual y la explotación de menores, así como la pornografía, crecieron de modo paralelo al boom turístico en el país, promocionado como uno de los principales destinos ecológicos de América Latina.

Esta actividad devino en la última década uno de los principales motores de la economía de Costa Rica, que recibe un promedio anual de casi dos millones de visitantes, de acuerdo con la Cámara Nacional de Turismo.

La legislación costarricense castiga la producción, comercialización y distribución de material pornográfico en el que figuren menores, pero no penaliza la tenencia de dicho material.

“¡Qué vergüenza y cuánta tristeza producen los reportajes sobre la prostitución infantil en Costa Rica! Algunos forasteros nos han preguntado si el gobierno tico conoce sobre esta situación o no le importa que suceda. La respuesta es desconocida”, señala un artículo publicado por www.ticopage.com  En ese artículo se comenta que hay quienes culpan al sistema jurídico por la existencia de los explotadores del futuro del país y que corresponde al gobierno resolver el problema, en tanto otros cuestionan a la religión o a la educación institucional.

El Código de Familia, por su parte, atribuye a los padres la responsabilidad de la guarda, crianza y educación de los menores, como si el mal de la prostitución infantil tuviera su cimiento en el hogar.

Pero más allá de las culpas, lo que valdría es coordinar de una buena vez estrategias de enseñanza y familiares, paralelo a la adopción de medidas orientadas a aliviar la ascendente pobreza en el país y las calamidades sociales, insisten pedagogos y activistas sociales.

Alina Cordero
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