PERSONAS POR SU EJEMPLO COMUNAL, Profesor Leonel Calvo Aguilar

Escribe Luis Enrique Arce Navarro.
Educador escritor, Premio Nacional de Educación
Que Leonel Calvo Aguilar llegara a Pérez Zeledón en 1974, representó el notable ingreso de un ciudadano comprometido con el trabajo profesional, con la evolución del compromiso curricular de la Educación musical en las instituciones de educación secundaria. En ese tiempo la persona de Enrique Lizano Madriz era quien regía lo correspondiente a la administración educativa. La incorporación de don Leonel como profesor en el Liceo Unesco, dio dinámica a esta asignatura, un sentido de valoración y aprovechamiento. Ya no se trataba de tener profesor para el canto y poco o nada comprometido el estudiante con su formación y sensibilidad con este arte. La llegada de Leonel Calvo, marcó el tiempo cantonal porque incorporó un dote de inspiración musical, así los resultados que en la actualidad se obtienen, en adelante se verá el porqué. El trato individual, la forma de relacionarse con los estudiantes, provocó el sentimiento de admiración y el aprovechamiento del tiempo lectivo musical en las aulas o en lo corredores, o en el gimnasio. Leo Calvo supo manejarse con excelencia, con sus estudiantes y amigos profesores, relaciones humanas que lo hicieron tan popular en el cantón. Los inicios de su carrera musical, se dan en Cartago de donde es oriundo el chiquillo aquel fiebre por la mejenga de barrio. Del desarrollo de su vocación musical, dice: “Por ahí del año 1956-1957 abrieron en el país las famosas escuelas municipales de música. Una de las cosas buenas. Abrieron una en la municipalidad de San Rafael de Oreamuno de Cartago, ahí me matriculé”.
Tanta era la fiebre futbolera que si la noche llegaba, alumbraban el espacio futbolero con la quema de llantas. Se hizo incansable para las actividades que ama: el futbol y la música. Saprisista porque su hermano le regaló una camiseta morada con la S en el pecho. Además hay que agregar la pasión de don Leonel por el juego de asares, sea chances, lotería, rifas, lotos, claro que lo hace con mesura y fe que salir favorecido en cualquier momento con el Premio mayor. “Yo llegué a Pérez Zeledón muy cansado de la vida bohemia y del libertinaje que me daba en San José. Me recibieron muy bien. Por ahí tuve algunas novias. Pasó el tiempo y cuando Marta de Los Ángeles, mi esposa, estaba en cuarto año fue parte de los alumnos abanderados, me llamó la atención y empecé en lo normal de buscar la amistad de ella. Nuestro noviazgo formal inicia cuando ella se gradúa del colegio y ya es mayor de edad”.
EL GRAN AMIGO DEL PUEBLO, DON LEO
En Pérez Zeledón completa sus estudios secundarios, etapa que cumple en el Liceo Nocturno. En el Colegio San Luis Gonzaga, había cursado casi el 80% de la educación secundaria. Su vida musical lo llevó a ser parte de tríos de alta fama en Costa Rica, e incluso participar con tríos mexicanos que en las décadas de los años sesentas y setentas visitaron Costa Rica, dígase Los Panchos, el cuarteto Los Tequendama, de Colombia, entre otros. Con estos roses internacionales logra pulir su concepción musical y mantenerse creativo y novedoso. Se hizo común su presencia en locales nocturnos josefinos, que de noche y de día hacían en el ambiente capitalino un rico manjar musical y disfrute de la bohemia, tan humana. Este duro ambiente no logra corromper a Leonel, pero lo lleva a momentos duros, por poco alcohólicos; sin embargo las luces de su inteligencia y sus metas llenas de entusiasmo, le permiten alcanzar los éxitos que hoy día le hacen sentirse feliz y casi realizado, esto porque su afán es hacer valer su sabiduría en quienes pueda. Hoy día, a sus 76 años, estimula su creatividad musical y no es difícil verlo con el pentagrama y sus instrumentos musicales en trabajos y arreglos. Algo que siempre ha sabido manejar don Leonel es su inteligencia emocional y el cultivo de amistades. Sospecho que su amistad con Enrique Lizano Madriz, su buen culpable de convertirlo en generaleño desde 1974, inicia en ese ambiente bohemio de San José. Quienes en algo conocimos a Lizano Madriz, reconocemos su entusiasmo por hacer llegar a Pérez Zeledón equipo humano valioso, tanto en las artes, como en futbol y en la docencia.
“Wilbert Vargas fue alumno mío en el Liceo Unesco, gran muchacho con excelente inteligencia musical. Él es graduado de la Sede Central de la UNA en Heredia y trabajaba en el Liceo Anastasio Alfaro, aquí en San José. Su esposa allá en San Isidro; esa desubicación geográfica en un matrimonio es perjudicial. Recuerdo que un día me dijo: ’Leo, quiero hacer un proyecto de impacto musical en Pérez Zeledón, yo por aquí y mi esposa Maritza por allá, estoy muy agüevado’. En ese tiempo (1989) yo tenía buena amistad con Francisco Antonio Pacheco, ministro de educación. A él le expuse el caso de Wilbert y fue facilito que lo trasladaran a Pérez Zeledón; también llegó al Unesco. Además de su trabajo en secundaria, juntó con la Sede Brunca de la UNA y promovió el singular proyecto de la Orquesta de Música Sinfónica de nuestro cantón. Luis Enrique, ¡qué maravilla de proyecto! Ya se cuentan alumnos graduados que van por el mundo dando calidad y satisfacción musical increíble.
Brillante matrimonio inician Leonel Calvo Aguilar y Marta de Los Ángeles Rojas Blanco. Casan en 1982; tuvieron un lindo y romántico noviazgo, convertido en una sólida unión familiar que en 2020 cumple 38 años de unión indisoluble. Seguros han visto crecer a su familia, estudiantes de calidad en Escuela Morazán y Liceo Unesco. Ellos y ellas en la actualidad llenan de satisfacción a sus padres. Linnet se desempeña como jefa de Enfermería en el área de Emergencias del hospital San Vicente Paúl de Heredia. Leonel (hijo), médico graduado en Cuba, cumple labores médicas en el Hospital Max Terán de Quepos. Laura, administradora de las empresas de HP, ejerce su cargo en Puerto Rico. Antonio, supervisor de ventas latinoamericano de la empresa Beauty Style, con sede en Panamá. María Gabriela, aún estudiante de medicina en la Universidad de Buenos Aires, Argentina. Caso no accidental, sino vocacional heredado: todos ellos y ellas tocan algún instrumento musical. El arte musical obviamente lo heredan de su padre y la sensibilidad natural de su madre que ha sabido estar con ellos en todas sus edades. Tocan violín, guitarra, saxofón, y otros. Incluso Antonio (Tony) tuvo una orquesta que llamó Son del valle.
No es que, antes de la llegada de Leonel Calvo a Pérez Zeledón, no hubiese coros, rondallas, grupos de mariachis, música de tropa, filarmónicas, sino que es a partir del entusiasmo y trabajo dedicado de don Leo Calvo, que estas actividades musicales reciben fuertes remezones de actividad y calidad. Se reconoce a don Leonel Calvo la inyección e inspiración más fuertes que en etapas anteriores. Leo tuvo seis hermanos (una mujer y cinco hermanos). Ellos de oficio; u padre, don Sixto Calvo Mata fue autodidacta y trabajó en distintos oficios. Además fue baqueano de extranjeros turistas que visitaban el Volcán Irazú y otros sitios provinciales. De su propia cuenta y estudio en libros y folletos, donde Sixto aprendió inglés e intervenía como traductor de conversaciones de los turistas. Doña Ofelia Aguilar Brenes, madre de Leonel ( igual que la mayoría de las mujeres de su tiempo), dedicó su vida a labores de hogar y la atención de sus hijos. Lo más importante de la herencia de sus padres será siempre los valores aprendidos en la práctica, la responsabilidad y el compromiso de servir con honestidad a sus semejantes.
Con la frase de Mozart: “Ni una inteligencia sublime, ni una gran imaginación, ni las dos cosas juntas forman el genio; amor, eso es el alma del genio”, cerramos este comentario que nos da una ligera semblanza de un meritorio músico y grandioso ser humano que unió su vida a un pueblo que ha sabido valorarlo.