Tener las manos limpias protege del covid y muchas otras enfermedades

Prensa CCSS
Lavarse las manos después de ir al baño es una recomendación universal y reduce la incidencia de la diarrea hasta en un 40 por ciento.
Programa Manitas limpias de la Caja ha demostrado que la educación del lavado de manos tiene un impacto en disminución de las infecciones.
Lavarse las manos bien es un gesto simple que puede ser clave para la supervivencia de millones de personas en el mundo y, sin embargo, muchas veces se deja de lado por simple descuido con el compromiso de la salud.
La recomendación se proclamó con vehemencia este pasado 15 de octubre en celebración del “Día mundial del lavado de manos”, pues la reflexión del día tiene como objetivo principal concientizar a la población sobre la importancia del agua y el jabón para evitar enfermedades y salvar muchas vidas.
La escena de contagio casual es como la escena de una película de suspenso que sucede a diario en las casas y oficinas. Los epidemiólogos llaman al riesgo de contagio la ‘huella microbiana’, significa que dejamos un rastro que contamina a la siguiente persona que toca lo que hemos tocado, lo cual contribuye a multiplicar el contagio de los microorganismos.
Una escena común de ese tipo puede ser la siguiente. Alguien sale del baño sin lavarse las manos. Otra persona toca el llavín de puerta que recién había tocado el que salía y listo, contacto hecho, la mugre llena de microbios invisibles, está en la mano del huésped y falta solo tiempo para que el infortunado se lleve la mano a la boca o a los ojos y el contagio esté consumado.
Según los expertos en salud pública muchas personas sí están dispuestas a lavarse las manos, pero olvidan la palabra clave de la instrucción: debe hacerlo bien. Lamentablemente hay quien solo mete las manos al agua, medio las restriega con desgano y por haberlas mojado tienen la falsa sensación de estar debidamente higienizados.
Eso es un error. Hacerlo bien implica utilizar agua y jabón común (es innecesario usar del tipo antibacteriano) basta hacer espuma y luego frotar las manos con énfasis, por delante, por detrás, entre los dedos y por debajo de las uñas. Después de 20 segundos de espuma, hay que enjuagar bien las manos para eliminar la suciedad, los gérmenes y minimizar la irritación.
A continuación las manos se deben secar con secador o se utiliza una servilleta de papel o toalla limpia para secarlas; pues las manos mojadas son hoteles cinco estrellas para los gérmenes.
Los expertos lo explican a los niños de esta manera: al contacto de la mano con algo, los gérmenes se adhieren a los aceites y las grasas de las manos. Al lavarnos, las sustancias del jabón actúan para recoger el aceite de las manos y, al enjuagarnos, el aceite unido a los microorganismos se va con ayuda del agua.
Así, para deshacerse de todas esas grasas y microorganismos es necesario tomarse su tiempo y ser cuidadoso. Por eso los especialistas recomiendan un lavado de manos escrupuloso por al menos
durante 20 segundos, sin dejar ningún rincón de la piel sin fregar, con especial cuidado a las uñas, los nudillos y las separaciones entre los dedos.
Tener acceso al agua limpia es importante. Costa Rica es uno de los pocos países en Latinoamérica con acceso al agua potable de la población y 100 millones de personas carecen de servicios sanitarios. Las evaluaciones de los grupos de salud en las comunidades no han detectado que la falta de apego a esta práctica sea por carencias de este tipo ni del jabón, que es tan necesario por la higienización. Más bien se trata de la comprensión de su importancia y de la actitud de cuidado personal.
El lavado de manos no sólo reduce la posibilidad de enfermarse, sino que salva vidas.
Así mismo y más importante, es resaltar que durante el año 2020 NO se reportaron hospitalizaciones ni fallecimientos por Virus Respiratorio Sincicial ni por virus Influenza, situación que en años anteriores logró llevar al límite los servicios de hospitalización de pediatría de la CCSS, según datos del Área de Estadísticas en Salud de la institución.
El año pasado, en comparación con el 2019, el porcentaje de consultas médicas a los servicios de la Caja se redujo en varias categorías: un 25% en consultas por diarreas, un 62% en consultas por varicela y un 55% de consultas por Hepatitis A.
El lavado es parte del escudo en pandemia
El compromiso con el lavado de manos ha sido muy difundido durante la pandemia como medida de protección y es considerada tan importante como lo es el uso correcto de la mascarilla y la vacunación.
Según el mensaje a la comunidad el hecho de lavarse las manos frecuente y correctamente es parte de la primera línea de defensa para evitar la covid-19. En el caso del coronarirus el jabón disuelve la capa de grasa que mantiene unido al virus y el virus “muere” o queda inactivo.
Por lo tanto los esfuerzos para detener el avance en el número de contagios en todo el país deben reforzarse señalando que el lavado de manos es vital para prevenir y romper cadenas de contagios, señala Guiselle Guzmán Saborío, epidemióloga y jefe del área de salud colectiva de la Caja Costarricense de Seguro Social.
Las manos se convierten en agentes de transmisión de primer orden porque son calientes y húmedas, con restos de sudor y de descamaciones de la piel, que fácilmente recogen todo tipo de microorganismos, incluso en lugares aparentemente no peligrosos. Según los especialistas la pantalla de un teléfono móvil puede llegar a albergar 30 veces más bacterias que un inodoro.
Compromiso y atención
El mensaje para explicar la buena práctica de salud es sencillo, pero hacerlo bien requiere cuidado y atención permanente: debemos lavarnos las manos muchas más veces al día de lo que lo hacemos en la realidad porque debemos interiorizar con compromiso de protección frente al riesgo, pues las manos sucias es el vehículo de los virus, las bacterias o los hongos para llegar hasta la boca y los ojos.
El riesgo de contagio es permanente porque, sin darnos cuenta, las personas se tocan la cara alrededor de 16 veces por hora, en consecuencia, sin una higiene de manos adecuada, en posible que exista riesgo de facilitar el ingreso al cuerpo de un organismo infeccioso potencialmente peligroso.
“Algunas sencillas prácticas de salud tienen un inmenso valor para el bienestar de las personas, sin embargo, son difíciles de sostener porque requieren conocer la información correcta, aprender a hacer la acción adecuadamente y repetirlas muchas veces hasta el punto de volverse un hábito, es decir, en comportamiento automático para protegernos” afirma la doctora Guiselle Guzmán Saborío.
La médico enfatiza la importancia de la automotivación para mantenerse sano y aplicarse en el lavado de manos pues, esa es una de esas prácticas de salud fáciles y vitales que pueden estar a nuestro favor para evitar desde un resfriado hasta una conjuntivitis o alguno otra enfermedad más compleja de tratamiento.
Sin embargo, un estudio de la sociedad americana de Microbiología 2006 reveló que sólo el 75 por ciento de las mujeres y el 50 por ciento de los hombres se lavan las manos después de usar el inodoro. 33 por ciento de secundaria y preparatoria (lavado de las mujeres) y sólo el 8 por ciento de los hombres.
¿Por qué hacerlo es tan importante?
De hecho lavarse las manos después de ir al baño es una recomendación universal porque se ha demostrado que el acto de lavarse las manos con jabón reduce a la mitad la enfermedad de diarrea en los niños menores de 5 años y reduce las infecciones respiratorias en un 25%.
En la Caja la consulta por diarreas suele ser una de las tres consultas más frecuentes en los ebáis del país. Con el llamado “efecto pandemia”, en el cual las personas tienen más presentes las medidas de seguridad, el reporte de diarreas había disminuido; sin embargo, conforme la situación de la emergencia sanitaria mejora, puede notarse que el reporte de diarreas crece porque hay un relajamiento de la medida de lavado de manos y alimentos.
Según los últimos registros, aunque en general las diarreas han disminuido en relación con el año pasado, se nota un aumento de casos en los últimos tres meses.
En los primeros seis meses de este año la disminución fue del 34% en los casos de diarreas en el país en relación con el año anterior y del 50% en comparación con el 2019; para el tercer trimestre, la disminución es apenas del 16%.
Para la doctora Lumen Wong de la Subárea de Vigilancia Epidemiológica CCSS es posible que esto suceda porque las lluvias provocan inundaciones y eso hace que las personas tengan menos opciones de agua potable para cumplir con el lavado de manos y de los alimentos. Sin embargo, es importante recordar la importancia de la higiene para la buena salud, sobre todo en niños pequeños o en adultos mayores
Por grupos de segmentos de edad los registros de enero a setiembre evidencian los esfuerzos por el lavado de manos se notan en el reporte epidemiológico de diarreas en todos los segmentos de la población:
• de 5-9 años se presentaron 15% menos de casos
• de 5-9 años se presentaron 1% más de casos
• de 10-19 años se presentaron 34 % menos casos
• de 20-59 años se presentaron 17 % menos casos
• de 60 años se presentaron 14 % menos casos
También es necesario recordar la importancia de esta buena práctica para evitar desde un resfrío común hasta otras más graves como la meningitis, bronquiolitis, la conjuntivitis y la hepatitis A. Igualmente se ha demostrado que el lavado de manos puede reducir tu riesgo de contraer una enfermedad respiratoria en un 45 por ciento.
¿Cuándo hacerlo?
“El British Medical Journal” publicó un estudio en el año 2009 que referían a otros 50 estudios independientes y llegaban a la conclusión de que el lavado de las manos por lo menos 10 veces al día es necesario para prevenir las enfermedades.
Los momentos más críticos son después de usar el inodoro y antes de manipular alimentos. Sin embargo hay otros momentos dentro y fuera de casa a los cuales hay que prestarles atención.
Fuera de la casa debemos lavarnos las manos después de realizar actividades cotidianas como tocar alimentos crudos, animales, toser, estornudar, ir al baño, tocar dinero u otros objetos que tocaron antes otras personas.
En la casa la lista para de momentos para lavarse las manos es más amplia:
• Antes, durante y después de preparar alimentos.
• Antes de comer.
• Antes y después de atender a alguien enfermo o tratar lastimaduras.
• Después de ir al baño, cambiar pañales o higienizar a un niño que haya ido al baño.
• Después de limpiarse la nariz, toser o estornudar.
• Después de trabajar en el jardín, tocar la basura o animales.
• Si las manos están visiblemente sucias o engrasadas.
Programa Manitas Limpias de la Caja impulsa el lavado de manos.
El programa “Manitas Limpias” comenzó como un módulo para educar a los escolares en el lavado de manos. Sin embargo, dado el éxito y el impacto en la salud, la iniciativa ha crecido a tal punto que no solamente abarca y sensibiliza a la población de escuelas públicas, sino que se amplió a muchos otros escenarios: colegios, asilos de ancianos, centros de trabajo, centros de recreo, establecimientos de salud, puntos de encuentro de población de riesgo por enfermedades contagiosas como hipertensos y diabéticos, espacios de encuentro de comunidades indígenas, entre otras poblaciones vulnerables.
“Si bien no se puede efectuar un análisis de causa-efecto, las estadísticas demuestran que justo después del año en el que se inició el programa, se produjo una caída vertiginosa en las diarreas” afirma Marylene Quesada Quesada, relacionista público de la Caja, quien es coordinadora de este programa que se desarrolla en conjunto con las áreas de salud y las comunidades que lo soliciten.
De acuerdo con el estudio “Impacto de la promoción del lavado de manos en la incidencia de diarreas en tiempos de pandemia por virus respiratorio en Costa Rica”, publicado en marzo anterior por el AyA, ese indicador ha registrado un comportamiento oscilatorio entre el 2007 y el 2020.
Cabe destacar que, antes de la pandemia por covid-19, el programa “Manitas Limpias” era la única intervención en salud pública sostenible en el tiempo que podría explicar dicha reducción.
Pie de foto: En comparación con el 2019 el año pasado se redujo el porcentaje de consultas médicas en un 25% por diarreas, en un 62% por varicela y en un 55% por Hepatitis A.