Sarita Venegas Vargas Trabajadora Social sarav536@gmail.com

En esta oportunidad quisiera abordar un tema el cual constituye una problemática latente en nuestro país: la violencia intrafamiliar. Es claro que no es un tema nuevo del cual se hable, pero lo cierto es que sigue siendo una realidad en muchas familias. Cuando se habla de violencia intrafamiliar no solamente se refiere a la agresión del hombre hacia la mujer sino que también de la mujer hacia el hombre (cónyuges) o con otros miembros del grupo familiar.

La violencia doméstica se convierte en una pesadilla para los que la viven, muchos no logran ver la salida ni encuentran una solución a su realidad. En lo que concierne a la violencia entre cónyuges, es importante recordar que la violencia intrafamiliar no solamente son golpes, sino que son una serie de eventos que la conforman como tal y estos acontecimientos surgen desde los diferentes tipos de violencia, como lo son la psicológica, física, patrimonial y sexual.

· La violencia psicológica constituye todas aquellas acciones ejecutadas con el único fin de dañar, manipular o distorsionar la percepción que tiene de sí misma la persona víctima; como consecuencia de este tipo de violencia se genera el temor, baja autoestima e inseguridad.

· Por otra parte se encuentra la violencia patrimonial. Esta se caracteriza por el hecho de que la persona agresora priva a su víctima de sus bienes como por ejemplo, el celular, documento de identificación, vehículo entre otros; esto como método de manipulación.

· También, la violencia física constituye el resultado de los otros tipos de violencia, en esta se dan los golpes, patadas, empujones entre otros.

· Por su parte la violencia sexual, se da cuando la persona víctima es obligada a tener relaciones sexuales sin su consentimiento.

Actualmente existen muchas personas que piensan que la víctima de violencia intrafamiliar simplemente debería alejarse de la persona agresora y listo, pero no es así de fácil ya que hay factores que obstaculizan la toma de esa importante decisión, como lo es la dependencia económica o dependencia sentimental, inseguridad, miedos mismos que han sido generados por la misma violencia intrafamiliar.

Lamentablemente, cuando existe violencia intrafamiliar también suelen verse afectados otros miembros de la familia, como lo son los hijos o hijas, ya que el simple hecho de que observen escenas de violencia los convierte en testigos de la misma o incluso, la violencia en muchos casos también es hacia estos o estas.

Pensar en una solución para esto es difícil, sin embargo, desde mi criterio profesional, lo que definitivamente puede ayudar a reducir esta problemática es la educación, es decir, educar a la sociedad con la finalidad de que se rompan los sistemas de agresión, evidentemente tratar de cambiar la mentalidad o forma de comportamiento de un individuo cuando este ya es un adulto resulta más complejo, por lo que la educación orientada a la prevención de la violencia de cualquier tipo debe fomentarse en los niños y niñas desde muy pequeños, y esto se logra desde el hogar y claro, reforzándolo en los sistemas educativos.

La educación enfocada en prevención de la violencia debe ser integral y con integral me refiero a que se debe involucrar todo aspecto de la vida del niño o la niña, por ejemplo es necesario que a los niños y las niñas poco a poco se les enseñe habilidades como lo son el autocontrol o dominio propio, adecuada autoestima, valores éticos y morales, empatía, resolución de conflictos, comunicación asertiva, manejo de la frustración, sensibilidad ante los problemas de los demás y sobre todo procurar que los niños o las niñas crezcan en habientes saludables, ya que esto marca significativamente su desarrollo y construye su personalidad, por lo que ambientes hostiles no benefician en nada a esta construcción y entonces sucede que comienzan a reproducir patrones de crianza erróneos “Es que mi papa siempre trato así a mi mamá entonces yo también lo hago así”. Ahora, familias perfectas no existen pero sí familias que se construyan y aprendan a ser mejores.

Muchos pensarán que hacer todo lo anterior es demasiado complicado, pero si se procura educar a los niños y niñas bajo estos principios, existe la posibilidad de que logren ser adultos emocionalmente capacitados y con las herramientas necesarias para construir sus hogares seguros y libres de violencia intrafamiliar.

LA PROBLEMÁTICA DE LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR

1 enero, 2021 9:51 am

 

Sarita Venegas Vargas Trabajadora Social sarav536@gmail.com

En esta oportunidad quisiera abordar un tema el cual constituye una problemática latente en nuestro país: la violencia intrafamiliar. Es claro que no es un tema nuevo del cual se hable, pero lo cierto es que sigue siendo una realidad en muchas familias. Cuando se habla de violencia intrafamiliar no solamente se refiere a la agresión del hombre hacia la mujer sino que también de la mujer hacia el hombre (cónyuges) o con otros miembros del grupo familiar.

La violencia doméstica se convierte en una pesadilla para los que la viven, muchos no logran ver la salida ni encuentran una solución a su realidad. En lo que concierne a la violencia entre cónyuges, es importante recordar que la violencia intrafamiliar no solamente son golpes, sino que son una serie de eventos que la conforman como tal y estos acontecimientos surgen desde los diferentes tipos de violencia, como lo son la psicológica, física, patrimonial y sexual.

· La violencia psicológica constituye todas aquellas acciones ejecutadas con el único fin de dañar, manipular o distorsionar la percepción que tiene de sí misma la persona víctima; como consecuencia de este tipo de violencia se genera el temor, baja autoestima e inseguridad.

· Por otra parte se encuentra la violencia patrimonial. Esta se caracteriza por el hecho de que la persona agresora priva a su víctima de sus bienes como por ejemplo, el celular, documento de identificación, vehículo entre otros; esto como método de manipulación.

· También, la violencia física constituye el resultado de los otros tipos de violencia, en esta se dan los golpes, patadas, empujones entre otros.

· Por su parte la violencia sexual, se da cuando la persona víctima es obligada a tener relaciones sexuales sin su consentimiento.

Actualmente existen muchas personas que piensan que la víctima de violencia intrafamiliar simplemente debería alejarse de la persona agresora y listo, pero no es así de fácil ya que hay factores que obstaculizan la toma de esa importante decisión, como lo es la dependencia económica o dependencia sentimental, inseguridad, miedos mismos que han sido generados por la misma violencia intrafamiliar.

Lamentablemente, cuando existe violencia intrafamiliar también suelen verse afectados otros miembros de la familia, como lo son los hijos o hijas, ya que el simple hecho de que observen escenas de violencia los convierte en testigos de la misma o incluso, la violencia en muchos casos también es hacia estos o estas.

Pensar en una solución para esto es difícil, sin embargo, desde mi criterio profesional, lo que definitivamente puede ayudar a reducir esta problemática es la educación, es decir, educar a la sociedad con la finalidad de que se rompan los sistemas de agresión, evidentemente tratar de cambiar la mentalidad o forma de comportamiento de un individuo cuando este ya es un adulto resulta más complejo, por lo que la educación orientada a la prevención de la violencia de cualquier tipo debe fomentarse en los niños y niñas desde muy pequeños, y esto se logra desde el hogar y claro, reforzándolo en los sistemas educativos.

La educación enfocada en prevención de la violencia debe ser integral y con integral me refiero a que se debe involucrar todo aspecto de la vida del niño o la niña, por ejemplo es necesario que a los niños y las niñas poco a poco se les enseñe habilidades como lo son el autocontrol o dominio propio, adecuada autoestima, valores éticos y morales, empatía, resolución de conflictos, comunicación asertiva, manejo de la frustración, sensibilidad ante los problemas de los demás y sobre todo procurar que los niños o las niñas crezcan en habientes saludables, ya que esto marca significativamente su desarrollo y construye su personalidad, por lo que ambientes hostiles no benefician en nada a esta construcción y entonces sucede que comienzan a reproducir patrones de crianza erróneos “Es que mi papa siempre trato así a mi mamá entonces yo también lo hago así”. Ahora, familias perfectas no existen pero sí familias que se construyan y aprendan a ser mejores.

Muchos pensarán que hacer todo lo anterior es demasiado complicado, pero si se procura educar a los niños y niñas bajo estos principios, existe la posibilidad de que logren ser adultos emocionalmente capacitados y con las herramientas necesarias para construir sus hogares seguros y libres de violencia intrafamiliar.