Costa Rica no es para nada un país categorizado por su fuerza militar, al contrario, se conoce por no tener ejército desde hace muchísimos años con el afán de resolver todo conflicto territorial de una manera pacífica; sin embargo, en alguna medida, la milicia nos enseña algo importante.

 

Por definición, la guerra indica ser una lucha prolongada entre varios contrincantes (países, naciones, estados) que se desarrolla a través de una sucesión de batallas. Utilizando esta definición como analogía, podremos determinar que la vida es una guerra que contiene varias etapas libradas en algunas ocasiones como batallas.

 

Haciendo memoria, podemos ver cómo la vida misma es una lucha continua: al nacer la supervivencia es la principal batalla, incluyendo el desarrollo integral de la persona; a esto le sucede el aprendizaje en la escuela donde avanzar grado a grado es indispensable y desenvolverse en sociedad se vuelve un reto importante. Continuando, llega la adolescencia y con ella, todos los ajustes físicos y emocionales que conlleva. El estudio, escoger carrera, tomar decisiones sanas como lo es no caer en errores crasos que desencadenen un futuro perjudicial es pan diario para ellos. La adultez y sus responsabilidades aparecen para nunca irse y vives un antes y un después cuando llegas a ese escalón, lo que sucedió de niño o adolescente se vuelve un cúmulo de experiencias y en ocasiones de consecuencias y se camina en miras a lo que ha de venir, ya no solo luchando por uno mismo sino también por las generaciones que se lleva al lado. Así mismo llega la adultez mayor donde sobrevivir a los achaques de la ancianidad es el  plan, un día a la vez.

 

Desde este panorama podemos entender que en sí, la vida misma es una sucesión de batallas que tienen como finalidad ganar la guerra; sí, la guerra constante de conseguir ser lo más feliz que se pueda en todos los aspectos posibles.

 

Es por esta razón que la estrategia es fundamental para avanzar a paso seguro, sabiendo que habrá imprevistos pero que estamos preparados para ellos. Es una continua ecuación de acción y reacción, por lo que establecer estrategias de vida es indispensable.

 

El lic. Jorge Melendez (s.f.) indica en su artículo 33 “Estrategias de guerra” que, a nivel personal es importante plantearse algunas estratagemas cómo estás:

 

  1. Declara la guerra a tus enemigos. Tus enemigos te dan propósito y dirección. Pero elígelos bien. No pelees con todos y a todas horas.

Tomándonos de este punto, es necesario comprender cuáles son nuestros enemigos. Ejemplo de esto podría ser el analfabetismo, acceder a estudios solamente básicos y conformarse con esto, invertir mucho tiempo en diversión y muy poco o ninguno en desarrollo personal (bajo esta premisa la diversión en exceso es un enemigo), frecuentar personas violentas, agresivas o destructivas e incluso relacionarse íntimamente con ellas, etc.

 

  1. No pelees siempre igual. La forma en que ganaste la guerra pasada no garantiza que ganes la actual. Fluye, sé

Un error común es creer que la misma receta nos servirá para todo en la vida. De acuerdo a nuestras etapas de vida y el desarrollo de la misma, es necesario que nuestras estrategias vayan modificándose, por ejemplo, el ejercicio de atletismo que realiza un joven no puede ser igual al que ejecuta un adulto mayor sin experiencia en el campo, por lo que se debe adaptar. Avanzar reconociendo las capacidades y limitaciones que se tienen es inteligente y estratégico.

 

  1. No pierdas la calma ante el caos.

Las circunstancias adversas se presentan en cualquier momento y lugar, estar preparado para ellas es necesario. Muchas personas insisten en vivir en negación y cuando los imprevistos aparecen, causan demasiado daño, por lo que prepararse es imperativo y actuar con sabiduría en el momento de la crisis hará la diferencia.

 

  1. Crea un sentido de urgencia y desesperación. A veces tener la espalda contra la pared da la motivación para ganar.

Si llega a darse un problema serio, huir no es la respuesta. Es bueno buscar motivación y fuerza en la adversidad. El buen soldado enfrenta al enemigo, no se proclama en retirada.

 

La biblia dice  “Los que siembran con lágrimas Con regocijo segarán.” Salmos 126:5 PDDPT. Sembrar estratégicamente en nuestras vidas hará que la siega sea gratificante, no perfecta pero sí buena y al ver hacia atrás, estaremos orgullosos de cada plan puesto en marcha desde el principio.

 

Bibliografía: Meléndez J. (S.f.), 33 Estrategias de guerra, strategamagazine.com

 

Grethel Quesada Quesada

quesadagrethel@gmail.com

¡Reinvéntate! La peor batalla es la que no se pelea.

20 mayo, 2023 4:12 pm

  Costa Rica no es para nada un país categorizado por su fuerza militar, al contrario, se conoce por no tener ejército desde hace muchísimos años con el afán de resolver todo conflicto territorial de una manera pacífica; sin embargo, en alguna medida, la milicia nos enseña algo importante.

 

Por definición, la guerra indica ser una lucha prolongada entre varios contrincantes (países, naciones, estados) que se desarrolla a través de una sucesión de batallas. Utilizando esta definición como analogía, podremos determinar que la vida es una guerra que contiene varias etapas libradas en algunas ocasiones como batallas.

 

Haciendo memoria, podemos ver cómo la vida misma es una lucha continua: al nacer la supervivencia es la principal batalla, incluyendo el desarrollo integral de la persona; a esto le sucede el aprendizaje en la escuela donde avanzar grado a grado es indispensable y desenvolverse en sociedad se vuelve un reto importante. Continuando, llega la adolescencia y con ella, todos los ajustes físicos y emocionales que conlleva. El estudio, escoger carrera, tomar decisiones sanas como lo es no caer en errores crasos que desencadenen un futuro perjudicial es pan diario para ellos. La adultez y sus responsabilidades aparecen para nunca irse y vives un antes y un después cuando llegas a ese escalón, lo que sucedió de niño o adolescente se vuelve un cúmulo de experiencias y en ocasiones de consecuencias y se camina en miras a lo que ha de venir, ya no solo luchando por uno mismo sino también por las generaciones que se lleva al lado. Así mismo llega la adultez mayor donde sobrevivir a los achaques de la ancianidad es el  plan, un día a la vez.

 

Desde este panorama podemos entender que en sí, la vida misma es una sucesión de batallas que tienen como finalidad ganar la guerra; sí, la guerra constante de conseguir ser lo más feliz que se pueda en todos los aspectos posibles.

 

Es por esta razón que la estrategia es fundamental para avanzar a paso seguro, sabiendo que habrá imprevistos pero que estamos preparados para ellos. Es una continua ecuación de acción y reacción, por lo que establecer estrategias de vida es indispensable.

 

El lic. Jorge Melendez (s.f.) indica en su artículo 33 “Estrategias de guerra” que, a nivel personal es importante plantearse algunas estratagemas cómo estás:

 

  1. Declara la guerra a tus enemigos. Tus enemigos te dan propósito y dirección. Pero elígelos bien. No pelees con todos y a todas horas.

Tomándonos de este punto, es necesario comprender cuáles son nuestros enemigos. Ejemplo de esto podría ser el analfabetismo, acceder a estudios solamente básicos y conformarse con esto, invertir mucho tiempo en diversión y muy poco o ninguno en desarrollo personal (bajo esta premisa la diversión en exceso es un enemigo), frecuentar personas violentas, agresivas o destructivas e incluso relacionarse íntimamente con ellas, etc.

 

  1. No pelees siempre igual. La forma en que ganaste la guerra pasada no garantiza que ganes la actual. Fluye, sé

Un error común es creer que la misma receta nos servirá para todo en la vida. De acuerdo a nuestras etapas de vida y el desarrollo de la misma, es necesario que nuestras estrategias vayan modificándose, por ejemplo, el ejercicio de atletismo que realiza un joven no puede ser igual al que ejecuta un adulto mayor sin experiencia en el campo, por lo que se debe adaptar. Avanzar reconociendo las capacidades y limitaciones que se tienen es inteligente y estratégico.

 

  1. No pierdas la calma ante el caos.

Las circunstancias adversas se presentan en cualquier momento y lugar, estar preparado para ellas es necesario. Muchas personas insisten en vivir en negación y cuando los imprevistos aparecen, causan demasiado daño, por lo que prepararse es imperativo y actuar con sabiduría en el momento de la crisis hará la diferencia.

 

  1. Crea un sentido de urgencia y desesperación. A veces tener la espalda contra la pared da la motivación para ganar.

Si llega a darse un problema serio, huir no es la respuesta. Es bueno buscar motivación y fuerza en la adversidad. El buen soldado enfrenta al enemigo, no se proclama en retirada.

 

La biblia dice  “Los que siembran con lágrimas Con regocijo segarán.” Salmos 126:5 PDDPT. Sembrar estratégicamente en nuestras vidas hará que la siega sea gratificante, no perfecta pero sí buena y al ver hacia atrás, estaremos orgullosos de cada plan puesto en marcha desde el principio.

 

Bibliografía: Meléndez J. (S.f.), 33 Estrategias de guerra, strategamagazine.com

 

Grethel Quesada Quesada

quesadagrethel@gmail.com

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